Si alguna vez nos hemos planteado qué repercusiones negativas podría tener la inteligencia artificial en nuestra sociedad, el de los Deepfakes es un claro ejemplo. Ya sabíamos que esta nueva tecnología podría usarse para cosas tan preocupantes como quitarles el trabajo a los humanos, pero muchos no se pararon a pensar que también serviría para engañar y crear confusión entre la sociedad.

La palabra Deepfake es una composición de los términos deep learning y fake, es decir: aprendizaje profundo, una de las ramas de la inteligencia artificial, y la palabra falso. El nombre le viene perfecto, ya que de lo que os estamos hablando es de una tecnología basada en la Inteligencia Artificial que consigue superponer el rostro de una persona en el de otra y falsificar sus gestos para hacernos creer que están haciendo o diciendo algo que no ha pasado en realidad.

Los primeros vídeos falsificados con esta tecnología se empezaron a ver hace un par de años. En ellos se habían manipulados los rostros de varias actrices internacionales, como Natalie Portman o Emma Watson, para que encajaran en cuerpos de actrices de la industria pornográfica.

Es cierto que otros han conseguido usarla para un uso menos despreciable, como este museo de Florida que utilizó la técnica Deepfake para dar vida a Salvador Dalí y convertirlo en un guía de lujo para su exposición. El Dalí artificial reacciona a lo que hacen o dicen los visitantes, ofreciendo 190.510 combinaciones posibles.

Con el paso del tiempo, esta tecnología ha ido evolucionando y sus resultados son cada vez más sorprendentes (y preocupantes), hasta tal punto que se han conseguido crear vídeos de los principales líderes del mundo dando un discurso completamente falsoEste vídeo de Donald Trump, Angela Merkel y Vladimir Putin cantando una canción de John Lennon es un sencillo ejemplo que empieza con la advertencia de que se trata de un contenido falso, pero y si algún día no nos avisan, ¿cómo sabremos que estamos ante una imagen falsa?

Esto plantea un serio peligro. Lo que antes requería de cientos de horas de edición, con equipos y profesionales expertos trabajando en ello, ahora con un software en pocas horas cualquiera puede crear un vídeo falso pero muy creíble. Ya es bastante difícil controlar las fake news o noticias falsas que corren por la red, sobre todo en épocas electorales, como para encima sumarles ahora este tipo de engaños.

Aunque por el momento hay quienes apuntan que se puede distinguir la diferencia entre un vídeo real y uno creado por deepfake porque en el video falso los personajes parpadean menos de lo normal, es cuestión de tiempo que este fallo se corrija y nos encontremos ante un problema de manipulación.

En la red se pueden encontrar herramientas con esta tecnología al alcance de muchos como la web thispersondoesnotexist.com, que crea caras de personas que no existen gracias a un algoritmo disponible en GitHub. Dentro de poco nos encontraremos con que con una simple herramienta un “amigo” pueda usar nuestras fotos en redes sociales y la tecnología Deepfake para gastarnos una broma muy pesada.