¡Vamos a Miraflores! ¿Y después qué?

En esta situación política en la que vive Venezuela, aparece la solución mágica a todos nuestros problemas:

¡Hay que marchar a Miraflores!

Y pareciera que por arte de magia, al marchar la Oposición a Miraflores, el Presidente Maduro renunciaría, la inflación comenzaría a decrecer, los alimentos empiezan a aparecer, el aparato productivo se activa, la inseguridad se reduce, y pare usted de contar.

Hay que partir de dos escenarios:

a. El Gobierno apostará todas sus fuerzas de seguridad institucionales (Policías y Fuerza Armada) y no institucionales (colectivos, motorizados y afines) para impedir el avance de una marcha hasta Miraflores.

b. El Gobierno despejará el camino y permitirá el paso franco hasta Miraflores.

Escenario (a)

(Más probable) El Gobierno va a hacer lo posible y lo imposible, como punto de honor, para evitar que una posible marcha de la oposición llegue a Miraflores. Lo más probable es que se repita algún escenario como el del Puente Llaguno, en los aciagos acontecimientos del 11 de abril del 2002, y se produzcan encuentros y muertes en el camino. Sólo con valentía, coraje, y sagacidad podrían llegar a Miraflores, amén de requerir protección de alguna forma para repeler los ataques que seguramente recibirían. Sería una probable masacre, donde no se quién sería más culpable: los líderes de oposición que enviarían a las masas a una masacre segura, o los líderes del Gobierno que ordenarían la masacre contra la masa desarmada…

Escenario (b)

(Menos probable) El Gobierno dejaría el paso franco para que la marcha de oposición llegue libremente hasta Miraflores. No habría colectivos, ni pistoleros, ni barricadas, ni Policías, ni encapuchados, ni la Guardia Nacional estorbando el paso hasta la meta final: Miraflores.

Y ¿después qué?

La marcha de la oposición llega a Miraflores. Ya sea en cualquiera de estos dos escenarios, o en cualquier otro que pueda ocurrir. Y ¿entonces? ¿Tocan la reja de Miraflores y se acaban los problemas? En coro le piden la renuncia al Presidente Maduro, y ¿éste sale huyendo del país?  ¿Cuánto tiempo se quedarían emplazados allí? ¿Hasta que les de hambre? ¿Hasta que quieran ir al baño? ¿Hasta que quieran dormir? ¿Harán un cacerolazo contundente para manifestar su repudio a la figura presidencial del momento?

Dudo mucho que sea mágica esa solución. Para resolver los problemas se requieren otras medidas. Se requiere voluntad y planificación, entre otras cosas, para levantar de nuevo a la Patria de Bolívar, tan vapuleada por las malas decisiones y políticas de los últimos tiempos.

Y ¿entonces?

Hay que tener voluntad política y hacer planes para:

• Reducir la inseguridad, a través de políticas integrales de Prevención y Represión, sin olvidar la educación
• Apuntalar la educación, haciendo énfasis en los valores del ser humano.
• Liberar los presos políticos (o políticos presos, como se vea).
• Convocar a elecciones generales, para la selección de todas las autoridades Nacionales, Legislativas, Estatales y Municipales.
• Activar el aparato productivo del país, en su parte industrial, manufacturera, agropecuaria, y otras más, incentivando el «compre venezolano» con políticas serias y con apoyo al sector productivo.
• Eliminar gradualmente el control de cambios, y sincerar la economía, nivelando sueldo y salarios sin propiciar espirales inflacionarias.
• Reducir los gastos suntuarios y el gasto burocrático del Estado.
• Aplicar a cabalidad el artículo 328 de la Constitución Nacional, y hacer de la Fuerza Armada una organización apolítica y al servicio del Estado, más no del Gobierno.
• Repatriación de los capitales mal habidos que están en bancos del exterior.
• Tomar en cuenta una verdadera Meritocracia para llevar a PDVSA a sus niveles de eficiencia y producción que una vez tuvo.
• Luchar contra la corrupción y retomar la gobernabilidad del país.

Quizás hagan falta otras cosas, pero no creo que en la lista deba estar «marchar a Miraflores»…

Luis Castellanos
De todo un poco