Por Miguel Fernando Caro Gamboa En este país nos hace falta escuchar el cuento ajeno y compartir...
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Por Miguel Fernando Caro Gamboa, un tejedor de palabras No quiero comentar nada que adelante aquello que...
Por Miguel Fernando Caro Gamboa Y ayer, a las 2,30 de la tarde con el sol en...
Por Miguel Fernando Caro Gamboa Nos conocimos desde siempre, en una fecha que ya no recuerdo del...
Una de las tareas de un escritor, tal vez la más importante, es escuchar y más, en...
Cuando los hijos llegan a la adolescencia, los padres, en general, entraron a los cuarenta, a lo...
Una de las fantasías de miles de millones de personas es ser “influyentes” y por supuesto, “reconocidas”....
Desde hace mucho tiempo, corrientes como el budismo, el estoicismo, el existencialismo, y en la era moderna...
Este libro de Robin Sharma, fue el regalo que me hizo mi hija Alanna, que ahora vive...
A partir de nuestra creencia profundamente arraigada de que necesitamos a alguien para conseguir felicidad, comenzamos a...
Los profesores ponen las tareas para joderlo a uno, para cagarse en el escaso tiempo libre después...
Acabo de observar “La tinta de la vida”, documental sobre la vida y obra de Gustavo Álvarez...
Nos conocimos el siglo pasado, cuando yo asistía a los congresos internacionales de lectura, que organizaba Fundalectura...
A Alanna, mi hija amada, que está en España y a todas las personas que en...
Nuestro sistema educativo nos entrenó a lo largo de nuestra permanencia en él para razonar, para resolver...
En Colombia, los dos escritores de opinión con los huevos mejor puestos al momento de escribir son,...
Tengo veintidós años, mi nombre “artístico” es Verónica y llegué a trabajar hace quince días al burdel...
Hay gentes tan llenas de sentido común, que no les queda el más pequeño rincón para el...
Cuanto menos se lee, mas daño hace lo que se lee Miguel de Unamuno.
Miremos más que somos padres de nuestro porvenir que no hijos de nuestro pasado. Miguel de Unamuno
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca...