“Tú siempre te equivocas”
Es común que la persona tóxica no admita matices, generalice y evalúe en términos de siempre o nunca, todo o nada.
Es probable que tampoco admita equivocaciones y por ello, si algo falla la culpa será tuya; por esta razón debes estar pendiente para percibirlo y hacerle admitir también su parte de responsabilidad.
“Nunca vas a cambiar”
¡Ignora esta frase! Recibir estas palabras solo paralizan y bloquean toda intención de evolución y crecimiento.
Tú sí puedes cambiar, solo debes preguntarte si quieres hacerlo y proponértelo. Identifica los aspectos que no te dejan avanzar, que impiden que te desarrolles, pero para ti, no porque otro te los imponga.
“Tú sin mí no puedes”
Traduce falta de confianza en ti porque te cree incapaz y reafirma su propia inseguridad a través de ti.
Demuéstrale que sí puedes, identifica tu poder personal, proponte metas, involúcrate en cosas que te apasionen y sal adelante.
“¡Siempre haces un drama por todo!”
Esta persona se queja de tus sentimientos y los desestima, haciéndote parecer como débil o que exageras. Pareciera que ante esta persona tú no tienes derecho a expresar si algo te molesta o te ha herido.
Empieza por defender tu derecho a manifestar lo que sientes y si no desea escucharte, entonces es que no te valora.
“Todo es por tu culpa”
La persona tóxica jamás aceptará que tiene un ápice de responsabilidad en lo que sea que no funcione o haya salido mal. Te culpabiliza porque así proyecta sus propios errores y miedos en ti.
Para romper este patrón en cualquier relación, es necesario que la “víctima” se empodere y concientice las expresiones que le dañan para poner límites en el otro e iniciar un cambio positivo.