Las historias que contamos, ya sea para nosotros mismos o para otros, se convierten en un refuerzo. Lo que decimos repetidamente refuerza lo que pensamos y creemos sobre nosotros; por eso, el modo en que contamos nuestra historia personal influye en nuestro presente y progreso futuro.
Ya sea que hayas fallado en tus relaciones, en el trabajo o en la vida, puedes optar por llevar tu pasado a tu futuro o dejarlo donde está, y convertir el dolor en una oportunidad para crecer.
Es vital reconocer que tienes esta opción para no caer en el error de autodenominarte una “víctima”. De esta manera, vas a poder afrontar las dificultades con dignidad y optimismo.
En esta nota encontrarás una serie de consejos que te ayudarán a transformar el dolor en aprendizaje para sacar el máximo provecho a los obstáculos.
1. Señales de alerta
El primer paso es crear conciencia dentro de nosotros mismos, identificando con honestidad si acaso hay un dolor recurrente.
¿Cuáles son algunas de las historias que sigues repitiendo, para ti y para los demás? ¿Sueles contar la misma historia desalentadora cada cierto tiempo, como una pareja infiel o abusiva?
Si descubres que repites la misma historia, toma nota y observa si puedes encontrar un patrón en tus conversaciones.
Por ejemplo, si has perdido peso con éxito y de manera saludable en el pasado, pero vuelves a los mismos hábitos de alimentación poco saludables con el tiempo y dejas de hacer ejercicio después de unos meses, ¿qué te estás diciendo a ti mismo inconscientemente? ¿Ves patrones de autosabotaje?
¿Qué patrones silenciosos hay en tus comportamientos, pensamientos y palabras, que te conducen a cometer los mismos errores una y otra vez?
2. Revisa los hechos
Hay momentos en los que simplemente perdemos el horizonte entre un sinfín de perspectivas y sesgos personales.
Puede haber aspectos de ti que no estás dispuesto a reconocer, o podrías sentirte tan indignado por lo que sucedió que tu memoria crea recuerdos falsos de la situación.
Como dice un proverbio chino: “Los árboles no dejan ver el bosque”. Esto significa que cuando eres tú quien hace parte de la obra, tu perspectiva a menudo se nubla.
Da un paso atrás y mírate a ti mismo como un extraño viendo tu historia en cámara lenta. Las opiniones de los transeúntes son más claras. Entonces, te puede servir de mucho actuar como un espectador que mira tu historia de lejos.
Observa qué acciones, comportamientos, palabras y pensamientos has tenido. Es posible que descubras que ha habido momentos en los que pudiste haber tomado decisiones más inteligentes, o en los que pudiste haber evitado verte involucrado en una situación incómoda.
Si tuviste la opción de evitarte sufrimiento a ti o a quienes te rodean, y no lo hiciste, analiza el motivo. ¿Qué te empujó a hacer o dejar de hacer algo? ¿Cuáles fueron las consecuencias?
3. Date cuenta de cómo estás regalando tu poder
En situaciones dolorosas del pasado, ¿puedes identificar momentos en los que has cedido tu poder a otros sin darte cuenta?
¿Cómo permitiste que te trataran en una relación anterior? ¿Hubo momentos en los que podrías haber sido un mejor socio para ti mismo? ¿Esperabas que tu pareja supiera lo que necesitabas todo el tiempo? ¿Dependías de los demás para hacerte feliz o ser una mejor persona?
¿Tu carrera o negocio fracasó por falta de atención o compromiso de tu parte? ¿Estás siempre esperando que aparezca la persona o el momento adecuado antes de empezar a hacer algo por ti mismo?
Todos estos son ejemplos de cómo cedemos nuestro poder a diario, perdiendo por completo el control de nuestra vida y decisiones. Una vez que haces de esta una costumbre, solo puedes esperar más dolor, ya que nadie puede ocuparse de darte lo que necesitas más que tú mismo.
4. Asume la responsabilidad de tu parte
Puede ser difícil de admitir, pero lo que hicimos o no hicimos en el pasado contribuye a lo que somos hoy.
Comprende que cualquiera que sea la historia dolorosa por la que pasaste, todavía tienes un papel que desempeñar en ella. Por ejemplo, nacer en una familia difícil puede que no haya sido tu elección, pero elegir permanecer en ella sí lo es.
Es posible que no seas completamente responsable de los episodios de dolor que has vivido, pero si todavía está repitiendo la misma historia hoy, es tu elección.
¿Has permitido que entren a tu vida el mismo tipo de personas que te causaron dolor en el pasado? ¿Has estado rechazando a las personas buenas porque crees que no eres digno de ellas?
¿Te rindes fácilmente porque en el fondo tienes una voz que te dice que no eres lo suficientemente merecedor?
Lo que haces con todo esto sí es tu responsabilidad, y tienes que asumirla.
5. Comienza a tomar acciones positivas
Cuando empiezas a creer en ti mismo es cuando puedes hacer cambios duraderos. Si una mala historia personal tiene o no un buen final depende de ti, no de los personajes.
¿Arriesgarás tu futuro y tu felicidad porque temes el dolor de revivir tu doloroso pasado? ¿O enfrentarás el dolor convirtiéndolo en aprendizaje para seguir adelante?
Al igual que en la vida, cuando te reparten una mano de cartas es posible que a veces recibas cartas buenas y malas. Pero independientemente de la mano, siempre tienes la opción de jugar bien, y a veces los ganadores son quienes, al principio, reciben malas cartas.