Por Alberto Ray – AlbertoRay.com
Recuerdo haber estado sentado escribiendo afanado frente a mi computador y haber visto de reojo el reloj para darme cuenta que habían trascurrido más de tres horas, y sin casi darme cuenta, haber plasmado mis ideas con claridad en más palabras de las que podía contar. Tiempo después descubrí que, en algunas oportunidades al escribir, entraba en una especie de Flow.
Resulta que el estado de Flow es una teoría desarrollada por un psicólogo de nombre Mihaly Csikszentmihalyi, en la que plantea que somos capaces de alcanzar una experiencia óptima o, como lo define la Teoría del Flow: “estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa”.
Con este marco conceptual, he pensado en cómo podría ser un estado de flow para algunas actividades que desarrollan los profesionales de la seguridad, y si acaso es posible alcanzarlo, pues si bien muchas veces quedamos inmersos en la realidad y perdemos noción del tiempo mientras debemos afrontar crisis, no siempre se trata de experiencias óptimas o placenteras en las que nos podemos dejar fluir.
Un aspecto que me parece muy relevante del flow es que cuando se activa, la autoconciencia desaparece. La conciencia propia se desvanece porque la atención se focaliza en la actividad que enciende la experiencia de flow. Toda la energía física y psíquica se involucra en la realización de la tarea.
Según la psicología positiva, que es el área de la ciencia que aborda esta capacidad, existen algunas recomendaciones para facilitar la posibilidad de alcanzar el estado de flow, aquí las menciono:
- Tenemos que poder concentrarnos de forma plena en lo que estamos haciendo.
- La tarea por desarrollar debe tener unas metas bien definidas.
- Debemos distanciarnos de preocupaciones.
Previo al estado de flow se crea una sensación de control sobre la situación o la actividad que elimina el miedo al fracaso. Una vez en flow, el sentido de la duración del tiempo se altera, las horas pueden parecer minutos, mientras que en otras ocasiones unos segundos pueden transformarse en infinito. El reloj deja de ser un medio válido para medir la calidad temporal de la experiencia*.
El flow sobreviene y se sostiene cuando ocurre un equilibrio entre los desafíos de la tarea o actividad que estamos desarrollando y las habilidades de las que disponemos para llevarla a cabo. En tal sentido, la actividad es lo suficientemente retadora para mantenernos concentrados, pero al mismo tiempo no nos resulta demasiado complicada para impedir que avancemos.
Pero volviendo al plano de la seguridad, me queda claro que el flow está más conectado con los procesos de prevención o planificación y no tanto con los de protección, pues este último no siempre está “libre de preocupaciones” y usualmente exige un estado de alerta que nos conecta con el sentido del tiempo. Siendo así, los profesionales de la seguridad pudiésemos fluir cuando entramos en contacto con retos que nos apasionen y nos lleven a crear a partir de nuestras habilidades, por ejemplo; al realizar análisis de riesgos, planificar estratégicamente, diseñar proyectos, llevar a cabo investigaciones o dictar cursos de capacitación, entre otros.
Considero que el estado de flow es una condición psíquica muy importante para quienes trabajamos en seguridad porque nos ayuda a definir nuestros objetivos con claridad y lograrlos con excelencia, sin embargo, exige un cambio fundamental en el paradigma mental de consciencia del riesgo; y se trata de que tenemos que aprender a desconectarnos temporalmente de la realidad cuando asumimos algunos retos, lo que implica que debemos construir nuestro propio entorno para poder fluir.
El estado de flow en seguridad se relaciona con la capacidad de dar paso a una concentración de inmersión profunda con el propósito de desarrollar tareas que demandan el máximo de nuestras habilidades, así como el compromiso de la excelencia en los resultados. Quizás, y como reflexión personal, puedo añadir que, en este mundo líquido, poder contar con esta herramienta personal para auto desvanecerse y dar paso a la concentración profunda genera mucha satisfacción personal y produce logros excepcionales en tiempos relativamente cortos.
Los invito entonces a buscar sus espacios para que naden como pez en el agua, cuando la realidad se los exija y las condiciones se lo permitan.