Por Manuel Gómez Sabogal
Me senté a pensar qué escribiría y revivo esta nota, a la cual no se le presta atención y poco importa.
En muchos países del mundo hay monumentos o estatuas a personajes que hicieron historia. O monumentos recordatorios de grandes hechos.
Aquí en Colombia encontramos monumentos al “Pibe” Valderrama, Jovita Feijoo, Juanes, Jairo Varela tiene el suyo, además de una plazoleta con su nombre y muchos más en plazas, parques, glorietas y sitios estratégicos para que quienes visitan o habitantes del lugar reconozcan su historia. Estoy seguro que quienes lean esta nota saben cuántos monumentos y estatuas a líderes hay en Colombia.
En Armenia y el Quindío es poco o casi nada posible encontrarse con la historia. En la Universidad del Quindío hallamos el Auditorio “Euclides Jaramillo Arango”, pero si usted le pregunta a un estudiante o a alguien que vaya a dicha sala, le responderán que van al Euclides, sin saber algo más del personaje en mención.
Hace unos años propuse que colocaran una placa con una pequeña reseña en los auditorios que tuviesen nombres de ilustres docentes o fundadores de la Universidad del Quindío, pero no me hicieron caso.
Hubo un monumento al camello en sitio céntrico y paso obligado de muchos, quienes preguntaron siempre: ¿Por qué un camello? Y la Avenida 14 de octubre, cambió de nombre de buenas a primeras, sin razón alguna.
Armenia y el Quindío están perdiendo su historia, así como no tenemos identidad alguna No somos colectivos, no trabajamos en equipo, no somos uno para todos en un pequeño pedazo de esta hermosa tierra.
Tomo un párrafo del libro “Por los caminos del tiempo” del doctor Helio Martínez Márquez: “La quindianidad es la identidad, no es el hombre nuevo, ni el hombre viejo. La quindianidad es la sangre. La quindianidad son las raíces. La quindianidad es la tradición, el fuego del espíritu y la savia de la tierra. La quindianidad es el ser, la fuerza telúrica y humana que da al hombre un tipo definido, una historia y un ámbito de acción y de propósitos. La quindianidad es lo que nos queda después de haber soñado, amado, creado y vivido”.
Decimos que somos quindianos y no parece. Aunque suene ridículo, no hay algo (busto, estatua o monumento) que recuerde a Repollito, a personajes quindianos como Ancízar López, Jesús Arango Cano, Ernesto Acero Cadena, Vicente Giraldo, Gabriel Arias Posada, Inés González de Ángel, John Vélez Uribe, John Jaramillo Ramírez, Fabio Arias Vélez, César Hoyos Salazar, Helio Martínez Márquez y otros tantos que han hecho grande al Quindío.
Solamente vemos vallas de políticos llenando pueblos, vías, esquinas, plazas, mostrando caras sonrientes de quienes poco o nada han hecho por nuestra tierra, pero quieren votos y nada más.
Por eso, mi propuesta es que haya monumentos a los doctores Helio Martínez Márquez y César Hoyos Salazar, representando la Honestidad, esa que poco a poco ha ido desapareciendo en nuestro país. Que nos sintamos orgullosos de quienes siempre fueron líderes sinceros, respetuosos de las reglas, que obraron siempre con rectitud y defensores de los valores.
Queda mi propuesta para Concejo, Asamblea o quien la quiera tomar. Vale la pena que empecemos a recordar y a que todos tengamos presente la historia de nuestra tierra quindiana.
Claro que, estoy seguro, nadie lo hará, porque muchos olvidaron el significado de la palabra HONESTIDAD, no quieren saberlo y tampoco que les recuerden.