Traducido por Luis R Castellanos de Back Then History
La canela (Cinnamomum zeylanicum) es originaria de Sri Lanka (antes Ceilán). Su uso y condición como especia preciada se mencionaron en múltiples publicaciones, incluidos escritos chinos del 2800 a. C. y los escritos de Plinio el Viejo del siglo I d. C.
Los antiguos egipcios utilizaban canela en su proceso de embalsamamiento; los médicos medievales lo utilizaban en medicinas para tratar la tos, la ronquera y el dolor de garganta; e incluso se utilizó en carnes añejas debido a la presencia de fenoles, que ayudan a inhibir las bacterias responsables del deterioro. La canela era muy apreciada y, por lo tanto, muy valiosa (Plinio el Viejo señaló que 350 gramos de canela equivalían a más de cinco kilogramos de plata).
En el siglo XVII, los holandeses arrebataron a los portugueses la isla de Ceilán (en aquel entonces el mayor productor de canela del mundo). Los holandeses exigieron cuotas escandalosas a la casta de trabajadores pobres de la isla. También destruyeron una segunda fuente de canela que se encontraba a lo largo de la costa de la India para poder mantener su monopolio. Durante las Guerras Revolucionarias, los franceses obtuvieron posesión de la isla como parte de su victoria sobre Holanda, y luego, en 1795, Inglaterra arrebató Ceilán a los franceses.
El monopolio de la canela comenzó a desmoronarse en 1833, cuando otros países descubrieron que la canela podía cultivarse con éxito en zonas como Java, Sumatra, Borneo, Mauricio, Reunión y Guyana.
Hoy en día, la canela se cultiva en América del Sur, las Indias Occidentales y otros climas tropicales. Curiosamente, la mayor parte de la canela que se encuentra en el mercado hoy en día es canela Cassia, que proviene del árbol Cinnamomum cassia y se originó en el sur de China. Tiene un sabor más fuerte que la canela cultivada en Sri Lanka. La “canela de Ceilán” (Cinnamomum zeylanicum) todavía existe hoy; tiene un sabor más suave y una especia para cocinar mucho más rara y cara que su prima más común.