
Por Manuel Gómez Sabogal
Hace unos años, cuando todavía era docente en la Universidad del Quindío, tuve la oportunidad de conocer a una niña que deseaba estudiar, pero no tenía facilidades económicas para hacerlo. ¿Cómo la conocí? Sencillo. En el bus urbano. Ella iba leyendo la Biblia y yo tuve la fortuna de quedar a su lado.
No quise interrumpir en su lectura, sin embargo, me preguntó que si iba para la universidad. Le respondí que sí y me dijo que una lástima que no pudiera estudiar allí. Le dije que no perdiera las esperanzas, porque Dios haría que ella lograra ese deseo.
Le pedí que si deseaba, nos encontraríamos el lunes en el edificio administrativo. Ella siguió su camino.
El lunes siguiente, nos encontramos. Subimos a la vicerrectoría administrativa. Había varias personas allí, esperando turno. Nos sentamos a esperar tranquilamente.
Luego de varios turnos, tuvimos la oportunidad de conversar con la vicerrectora, quien nos dijo que para el primer semestre era imposible una beca o una ayuda especial. Pero que la matrícula podría pagarse por cuotas. Le expuse la dificultad económica de la familia de la niña.
Al salir, un señor muy amable me dijo que si necesitaba algo. Le conté un poco,nos presentamos y nos dijo: “Yo le ayudo, con mucho gusto. No se preocupe”. Le pregunté que cómo lo haría. Me dijo que por medio de una entidad y que no había problema. Su nombre: Carlos Gilberto Cadavid.
Fue así como ella empezó a estudiar. Ella y yo continuamos charlando y le dije que si entraba a algún grupo representativo, podría obtener una ayuda económica. Ingresó al grupo coral de la universidad. Al final, fue becada semestralmente. Terminó su carrera y se graduó sin problema alguno.
Mientras tanto, seguí conversando por Watsapp con quien le había ayudado para el primer semestre, Carlos Gilberto Cadavid, residente en Trujillo, Valle del Cauca.


Hace unos días, Carlos estuvo en Armenia y aunque no pudimos vernos, me escribió:
“Amigo Manuel.
Algunos Colombianos, han perdido credibilidad en nuestras Instituciones, por la falta de amabilidad y la poca atención que reciben, cuando se dirigen a los despachos judiciales, administración Municipal y otras dependencias.
Quiero poner en tu conocimiento y autorizo para hacerlo público en medios de comunicación o canal de TV, la extraordinaria experiencia vivida en la tarde de hoy (Dic 14 de 2023, a partir de las 3 pm) en la Alcaldía de Armenia.
Con motivo de visita realizada a la Tesorería Municipal, oficina de ejecuciones fiscales, me he llevado una gran sorpresa de… No te lo puedo creer.
Título de la experiencia: EL DEBER SER, SI EXISTE .
No fue uno, fueron dos, fueron tres y fueron cuatro, las personas que me atendieron en su orden:
1. Dr. Juan Carlos Serna. Súper acertada la info.
2. Dr. Jimy Alejandro. Súper amable.
3. Dra. Gloria Leon. Súper comprometida.
4. Sra. Ana Cecilia Lopez (PQR). La cara amable al ingresar a la alcaldía
Desde el momento que ingresé a la Alcaldía, fui recibido por el Sr. Vigilante, con un «muy Buenas tardes» y de allí en adelante, me sentía atendido como en un Almacén grande y al final, me preguntaron: «¿Señor usted siente que la información entregada es la que requería o le puedo ayudar en algo más?»
La verdad, llegue a mirar para los lados porque me sentía en el programa: «También Caerás» o en un capituló del cliente incógnito.
Reconocer el gran trabajo que realizan los funcionarios de la Alcaldía de Armenia y los postulo de haberlo, al premio el empleado del mes o del año.
Espero nos podamos tomar un café y seguir compartiendo experiencias.
Felicidades e inmensas bendiciones
CARLOS GILBERTO CADAVID V.
Ciudadano Agradecido.
CC. 16.363.225.
Celular: 317-4236276.
Quise transcribir esa nota, porque me parece que vale la pena resaltar que siempre hay gente buena, incluso en entidades estatales.
Por eso, por tanta gente buena que existe en el mundo, rescatemos esos valores que algunos dicen que están perdidos. No, no lo están. Algunos ejemplos los da Carlos en su nota: Juan Carlos Serna, Jimmy Alejandro, Gloria León, Ana Cecilia López.
Ojalá, en esta época surjan más ejemplos de los que nos muestra Carlos en su nota. Diciembre, mes de paz, amor y gente buena.
“Menos mal que mucha gente
Palito Ortega
Gente buena de verdad
Esos que tienen de todo
Y no han perdido la humildad”