5 tipos de empleados tóxicos y cómo manejarlos
No todos los empleados que son contratados son perfectos. Cada quien tiene tu propia personalidad, que en ocasiones puede ser perjudicial para la compañía que los contrató. Sin embargo, como empleador, puedes ayudar a convertir los defectos de estos empleados en virtudes, de varias maneras. Veamos qué se puede hacer con cada tipo de empleado…
El Desastroso
Estos son los que siempre son desorganizados, están abrumados y despeinados. Usualmente son pasivos en su manera de trabajar, y son increíblemente resistentes al cambio (normalmente porque finalmente se acostumbraron a hacer algo de una determinada manera, y ahora le cambian las señas).
Puedes ayudar a estos empleados al proveerles entrenamiento adicional, implementando un plan de desarrollo, y brindándole ayuda. Esto les ayudará a entender qué es lo que se espera de ellos y cómo pueden mejorar, además de enseñarles las manera que pueden ser exitosos.
El Holgazán
Está poco motivado, y no encuentra una razón para recorrer el kilómetro adicional. Le gusta el ausentismo, normalmente no cumple con los plazos establecidos ni toma en serio las tareas encomendadas. Estas personas tienden a pensar que su trabajo es de ellos, independientemente de su desempeño, y nadie los puede despedir.
Este comportamiento puede ser remediado al darle explicaciones claras de lo que se espera de ellos, supervisando de manera imprevista con frecuencia y recompensándolos cuando ejecutan un esfuerzo adicional. A menudo, el Holgazán mejora su rendimiento al sentirse valorado por la compañía.
El Mártir
El Mártir está sobremotivado y tiende a tener demasiada iniciativa. Pero siente que siempre hace lo mejor para la compañía y lo hacen ellos solos sin ayuda de nadie, y haciéndolo subestima las habilidades de sus colegas y se agota en el proceso.
Los supervisores pueden manejar este tipo de empleados al obligarlos a delegar responsabilidades, alentándolos a retirarse para darle espacio a su equipo, y solicitarle metas de equipo en vez de metas individuales.
El Sociable
Cada negocio tiene su mariposa social que pierde incontables horas al año conversando al lado del enfriador de agua o dispensadora de café. Estas personas aprovechan el trabajo, de manera inmadura y poco profesional, y a menudo distraen a los trabajadores diligentes de completar sus trabajos a tiempo.
Los jefes pueden evitar este comportamiento estableciendo horarios para los tiempos de esparcimiento (tales como el almuerzo) y ser claros acerca de lo que es apropiado y lo que no lo es en el lugar de trabajo. Los supervisores pueden aprovechar esa capacidad sociable de estos empleados extrovertidos para brindarles oportunidades de comunicarse con los clientes del negocio.
El Sociópata
Definitivamente es la personalidad más peligrosa de la lista, ya que el sociópata es un acosador y manipulador a quien poco le importan los sentimientos de quienes le rodean. No sienten respeto por los superiores ni por los subalternos, y no tienen problemas en romper los protocolos.
Puede ser difícil lidiar con los sociópatas en el lugar de trabajo, pero lo mejor que se puede hacer es ofrecer un ambiente de apoyo a todos los involucrados, tomar las quejas y denuncias con la seriedad debida, registrar cualquier comportamiento negativo observado para que Recursos Humanos pueda tener razones documentadas para despedirlo justificadamente si hace falta.
Conclusiones
Descubrir los tipos de empleados tóxicos que tenemos y lidiar con ellos es una tarea que requiere mucho cuidado y especial consideración. Disponer de Manuales de Normas y establecer políticas claras es el mejor camino para proteger el sitio de trabajo de influencias venenosas. Así mismo permitirá establecer procedimientos claros a ser cumplidos y establecerá protocolos para remover a las personas problemáticas del camino. Lo otro que se debe hacer es desarrollar un clima de confianza, donde los empleados sepan que pueden exponer sus quejas y/o sugerencias ante la Gerencia o ante Recursos Humanos, sabiendo que serán escuchados con la debida seriedad.
Confía en tus instintos, documenta cualquier tipo de actuación irregular, y prepárate para despedir a alguien si hace falta.
Traducido por Luis Castellanos de publicación en Lifehack