¿Estamos listos para casarnos? Es una pregunta poco común entre las parejas que se deciden a dar ese gran paso. Pocos se hacen esa pregunta porque creen que les basta con estar enamorados. Tienen una relación, han creado y abonado un vínculo amoroso. Ambos se sienten felices cuando están juntos, se sienten unidos y desean mantenerse así: se aman. No obstante, ¿será suficiente para mantener un matrimonio?
Cuando se está enamorado pareciera que la consecuencia natural es el matrimonio. Los novios desean cumplir la profecía del fueron felices para siempre. En el furor del enamoramiento, nos llenamos de expectativas sobre la relación y la otra persona, deseamos unir nuestra vida a la suya. Estamos convencidos, ¿para qué esperar más? Es la pregunta que nos surge y no nos planteamos si estamos listos para casarnos.
Las expectativas con respecto a la pareja y al matrimonio
Cuando nos casamos, aunque tenemos una montaña de expectativas con respecto a la relación, al matrimonio y a nuestra pareja, la mayoría de las veces no las comunicamos explícitamente, damos por sentado una cantidad de aspectos inherentes a la relación misma que luego, ante la realidad de la convivencia, nos golpean en la cara. Estar casados no es lo que idílicamente habíamos imaginado.
La luna de miel pasa muy rápido. A veces ni siquiera hemos asimilado la nueva condición cuando ya nos sobrevienen los desacuerdos y la inevitable decepción de pensar: “no le reconozco, esa no es la persona con quien me casé”. Y es cierto, solemos idealizar tanto a la persona objeto de nuestro amor, que le atribuimos virtudes, magnificamos sus fortalezas y omitimos sus defectos o decidimos que ya le cambiaremos cuando estemos casados.
Es común que una vez casados emprendamos la titánica tarea de querer cambiar al otro cuando identificamos algún defecto, hábitos o costumbres que no nos gustan o no se parecen a nosotros. Desde fumar en la cama, hasta dormir con el televisor prendido, salidas frecuentes con amistades, malgasto del dinero, apego a sus padres, falta de colaboración en los quehaceres del hogar. Los desacuerdos vienen junto a la convivencia.
Casarse con los ojos abiertos
Te amo y deseo compartir mi vida contigo, pero… es importante casarse con los ojos abiertos. Se trata de construir un proyecto de vida juntos y para ello deben estar claros en las expectativas de cada uno con respecto al paso que darán. Los enamorados antes de casarse deben conversar abiertamente y sin reservas sobre lo que será la vida en común, lo que esperan de la otra persona, lo que están dispuestos a negociar y lo que no.
Aspectos claves a conversar para saber si están listos para casarse:
- ¿Dónde viviremos?¿disponemos de los recursos financieros para independizarnos como pareja? o ¿nos planeamos vivir en casa de mis padres o los tuyos?, ¿están ellos de acuerdo?, ¿estamos nosotros de acuerdo?
- ¿Cómo será el manejo de las responsabilidades y quehaceres del hogar? ¿De cuánto dinero disponemos? ¿Están dispuestos a revelar cuánto ganan, dar explicaciones sobre el uso del dinero, tendrán cuentas juntos o separados?
- Desean tener hijos, ¿cuándo? ¿cuántos? ¿el padre cambiará pañales? ¿se levantará si llora en las noches?
- ¿Cuáles son mis proyectos personales?, en cuáles puedo incluirte y en cuáles no, estás dispuesta/o a que haga cosas sin ti? ¿estás dispuesta/o a ayudarme? ¿a qué cosas renunciaría por ti y a cuáles no?
- La frecuencia de las visitas familiares, la relación con los suegros, dónde pasaremos fin de año.
- Expectativas con respecto al sexo, frecuencia, preferencias.
- La forma como espero y prefiero que me demuestres tu amor para cultivar una buena relación: ¿Con afirmaciones? Necesito que me digas que me amas. ¿Con contacto físico? Me gustan los abrazos ¿con presentes, con atenciones, con tiempo de calidad? Me gustaría compartir y hacer cosas juntos.
- Cuáles son mis fortalezas y qué te molesta de mi. Qué cosas estoy dispuesta/o a cambiar y cuales no.
- ¿Cómo nos vemos como pareja dentro de 5 o 10 años?
Si están pensando en casarse, lo mejor es que estén de acuerdo en conversar sobre estos temas, de manera que la convivencia no les traiga sorpresas y cada día sea una ocasión para el compartir y abonar su amor.
¿Estamos listos para casarnos? ¡Siii!