De pie: Ligia, Amelia, Paulino, Neftalí, Amancia, Amanda. Sentados: Julio César, Manuel Martín y Luz Mery. En el centro, los padres Amancia Sabogal Padilla y Paulino Beltrán Ramos quien carga a Wilson.
Por Manuel Gómez Sabogal
Hace años que no la veo, muchos años, diría, 9 para ser más exacto. El día de su cumpleaños 90, la fiesta fue en grande en Combia, allá en Calarcá. Un representante por familia y quedé incluido. Lleno total para celebrar tan magno acontecimiento.
Amancia llegó glamorosa y como una reina se situó en el lugar de preferencia junto a sus hermanos. Todos estábamos ubicados en un gran sitio especial para compartir entre todos la fiesta por la vida.
Antes de que ella se sentara, me le arrimé cuidadosamente y me volví a presentar como cuando era niño. – “¿Manuel el hijo de Aurita?” Me dijo. “Sí señora, el mismo”. Y recordamos muchos momentos maravillosos. Intercambiamos números y desde esa fecha, empezamos a enviarnos mensajes, pues no deja a Bogotá.
Recuerdo las visitas a la finca donde vivían los papás de Amancia. Fue una época maravillosa y de grandes recuerdos. Carreras y juegos por los corredores de la casa. Íbamos en la tarde de los domingos. Era una fiesta y además, un gran paseo.
Amancia se casó y en su matrimonio hubo 8 hijos: Luis Alfonso, Carlos Fernando, Javier Alberto, Liga Mercedes, Luz Estela, Gloria Inés, Magda Lucía y Olga.
Amancia fue una brillante pedagoga y rectora de varios colegios en Cundinamarca. Dejó una gran huella a su paso por diferentes instituciones
Han pasado 9 años de esa celebración. Cada abril, el 10, siempre la recuerdo en esa fecha tan importante para todos.
El 9 de septiembre del 2022, recibí su último mensaje. Se me hizo extraño, pues no fallaba mensaje en la mañana y en la noche: saludo y despedida del día. Siempre con una oración o palabras de aliento.
De pronto, recibí un mensaje de Carlos Anibal, el 13 de septiembre: “La tía Amancia, está agonizando”. Inmediatamente, me dediqué a buscar a los hijos para saber acerca de su situación.
Tres días después, recibí un mensaje lleno de optimismo. Había despertado.
Recibo constantes mensajes de Ligia, una de sus hijas. Amancia ya estaba en casa, recuperándose poco a poco.
Siempre estuve optimista. Pasaron, octubre, noviembre, diciembre, enero y molestaba todo el tiempo a Ligia, una de sus hijas. Ella me mantenía informado. Se recuperaba poco a poco. No podía moverse mucho y hablaba poco
Ligia me decía que le enviara audios para que ella los escuchara y eso hacía, esperanzado en volver a recibir sus mensajes y sus audios.
Febrero y marzo del 2023, han sido pródigos en sus mensajes. Cada día, me escribe, me envía un audio o un mensaje por wasap, mañana y tarde. Siempre le contesto. Está muy bien.
Hoy es 10 de abril. Cumple 99 años, gracias a Dios. Que este día haya gran fiesta en su casa y se reúna toda la familia cercana, es lo que más deseo.