Manuel Gómez Sabogal
Se canta, se escucha, se dice, se sueña, se promete, pero nada cambia. Todo sigue igual. Las noticias en el mundo parecen calcadas de ayer, o de julio del año inmediatamente anterior. Y nada cambia, porque estamos en el mundo real. Un mundo dominado por la tecnología, influenciadores, youtubers y el dios dinero. Un mundo que está gobernado por quienes se creen los dioses de la vida y de los seres humanos. Un Putin que cada vez es más Putin, unos líderes chinos que ocultan mil verdades, ayatolas iraníes y talibanes afganos que no nacieron de una mujer.
Guerras por doquier, imparables bombardeos, luchas estériles, idiotas útiles en el siglo XXI y más en 2023. Año nuevo, vida igual o peor. Seres humanos que son caníbales, incendiarios, llenos de odio, rencor, necesitados de terapia.
Año nuevo en un mundo que gira inexorablemente a su desaparición, gracias a las amenazas de guerras en las cuales perderán la vida millones de seres humanos. Es decir, una lucha en la cual, las personas siempre pierden. Los que ordenan hacen lo que quieren con los demás y nada importa. Son los líderes estúpidos que se creen eternos. No creen que pueden morir.
Año nuevo con masacres, terremotos, inundaciones, violaciones, trata de personas. ¿Qué cambió? Nada. Desde hace muchos siglos todo viene igual. Y ahora, es peor, gracias a la tecnología y las redes sociales que son antisociales. Año nuevo con problemas grandes, medianos y pequeños. Hambre, desnutrición, falta de agua en muchas partes del planeta. Nadie reflexiona.
“Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma” Lavoisier. ¿Sera cierto? Pero no veo que sea real. Nada sucede.
Un mundo lleno de odio es lo que veo cada día. Satisfacción personal. Egoísmo por todo lado. Silencio.
Silencio total, pues no nos importa. No nos incumbe. Eso es problema de los demás y nada tiene que ver con nosotros.
Se hacen vídeos, se toman fotos, se suben a las redes y que otros decidan. Que otros tomen la iniciativa si es su deseo. A la gente lo que le importa son los likes que dan sus miles de seguidores. Y más si son influenciadores o youtubers. Viven tan alejados de la realidad que poco o nada les interesa el mundo de verdad. Ahora, en este año nuevo, los influenciadores aumentan, porque con sus likes van a obtener más réditos económicos. El consumismo se tomó la vida de los seres humanos. Las marcas, lo mejor de lo mejor.
Año nuevo, pero no hay vida nueva. Las promesas de cambio quedan en el baúl de los recuerdos, porque no importan ya. No son válidas, porque lo que se prometió para el 2020, se incumplió en el 2021 y se perdió en el 2022.
Año nuevo, vida igual o peor para muchos. Es así. Nos quedamos, como muchos en promesas o palabras, palabras, palabras.
Aunque hoy sea diciembre 40…