Por Manuel Gómez Sabogal
“La gente se quiere mucho el día de Navidad. Qué lindo que todo el año, la gente se quiera igual. Se perdonan las maldades, todo se hace con bondad. Por eso, seas bienvenida, mi querida Navidad”
Así comienza esa hermosa canción interpretada por Palito Ortega. Así se da la bienvenida a la Navidad.
Porque todos esperamos que llegue diciembre par decir cuánto amamos. Abrazos, besos, cariño. El resto del año, como que pasa desapercibido para muchos.
Llega el mes más esperado por los niños. El mes donde vuelve a haber ternura y afecto. Mes de esperanzas, sueños, regalos, alegrías, tristezas, abrazos, bienvenidas, despedidas.
Es toda una mezcla de sentimientos en un solo mes. Recuerdos, momentos, espacios, tiempo, relojes, ansiedad. Todo se reúne en diciembre.
Los niños esperan al niño Dios con ansias. El deseo de ver regalos al pie del árbol de Navidad o en la cama al despertar el 25. Los niños y su inocencia. Los niños y la ternura. Los niños y el afecto.
“Estrellita de la noche que sales para alumbrar, ilumina al que está solo la noche de Navidad”. Sucede. La soledad de muchas familias, personas, niños, a quienes nadie visita, llama o recuerda.
Y ¿los otros niños? Los de la calle o los niños que nunca reciben un regalo en diciembre o a lo largo del año. Los niños de familias que pueden darles solo un alimento al día. Esos niños ¿también quieren que llegue diciembre?
Con todo lo que ha ocurrido en 2020 y este 2021, sea el momento para una gran reflexión y para tomar cambios verdaderos y sinceros. No solamente palabras bonitas, sino que haya una metamorfosis para que el mundo sea diferente.
El mundo será distinto si cambiamos interiormente. Si esa felicidad interior la hacemos llegar a los demás. Si brillamos para que los demás sean también luz para otros.
La Navidad no es solamente una fecha. Es más que un día o un mes. La Navidad debe ser atípica este año.
Cambiemos. Seamos diferentes para que irradiemos una alegría sincera y llena de afecto. Que los demás vean que no solamente iluminamos casas o edificios por fuera, sino que al interior hay luces de colores, luces llenas de ternura y afecto.
Esta es época de perdón, reflexión, amor, cariño, ternura, afecto y abrazos. No para hacer promesas que no se cumplirán, sino para cambiar un poco esa parte interior de la que debemos deshacernos.
“No existe la Navidad ideal, solo la Navidad que usted decida crear como reflejo de sus valores, deseos, queridos y tradiciones”
Bill McKibben