Una mala comunicación puede hacer de tu vida una pesadilla. Tal vez no lo hayas visto así antes, pero no saber comunicarte es la causa común detrás de todo tipo de problemas, ya sea en el ámbito familiar, laboral o amoroso.
Debido a que la comunicación es un proceso bidireccional –es decir que dependemos de la intervención e interpretación de los demás–, puede ser realmente difícil hacerlo bien. Si eliges una mala palabra, todo lo que dijiste antes puede salirse por completo de contexto y, luego, tendrás que asumir las consecuencias de un incendio que ni siquiera tenías intenciones de provocar.
Errores y consecuencias de una mala comunicación
En su libro “The Light in the Heart”, el autor Roy T. Bennett recomienda:
“Escucha con curiosidad. Habla con honestidad. Actúa con integridad. El mayor problema de la comunicación es que no escuchamos para comprender. Escuchamos para responder”.
Estas pocas líneas resumen cuáles son las fallas básicas en la comunicación que todos cometemos algunas veces, y nos pueden ayudar a entender mejor sus consecuencias.
Errores comunes en la comunicación
- Primero, está la poca disposición a escuchar conscientemente a los demás. No para responder o contraatacar, sino para entender sus preocupaciones y sufrimiento.
- Luego, la deshonestidad nos tiende una trampa cuando asumimos que “una verdad a medias” o “mentira piadosa” está bien justificada si es para evitarnos problemas.
- Por último, están los errores que cometemos al momento de elegir qué decimos y cuándo lo hacemos. La integridad se entiende, en este sentido, como el hábito de ser recto, lo que significa no buscar el mal ni para nosotros ni para los demás.
Consecuencias de una mala comunicación
Una comunicación deficiente puede generar un sinfín de daños colaterales, pero los más comunes son:
- Relaciones debilitadas.
Apuesto a que alguna vez te descubriste en medio de una discusión familiar o de pareja crítica, con el remordimiento de no haber elegido correctamente tus palabras. Lo cierto es que todo lo que decimos (y no solo lo que hacemos) influye en la percepción que tienen los demás de quiénes somos. Luego, todas las personas afrontan la decepción, la ira y la tristeza de forma distinta, así que pueden ocurrir un sinfín de cosas simplemente porque usamos una “mala palabra” para herir o provocar a alguien. - Pérdida de oportunidades.
Desde una oportunidad de ascenso hasta una propuesta de matrimonio… Todo puede esfumarse en 2 segundos por una mala comunicación. Las suposiciones tienen mucho que ver aquí; cuando nos convencemos de haber entendido lo que los demás quisieron decir a pesar de tener dudas, lo más probable es que “metamos la pata”. - Ansiedad.
Por último, cuando careces de habilidades de comunicación se vuelve normal sentirse frustrado o decepcionado a menudo. Hacer amigos, formalizar una relación o conseguir un mejor empleo será más difícil para ti que para las personas que saben comunicarse bien, ya que ser un buen comunicador también significa ser un persuasor. Esto puede ceder espacio a problemas como la ansiedad y la depresión con el tiempo.
¿Cómo mejorar tus habilidades de comunicación?
Es difícil romper ciertos hábitos, como la costumbre de suponer cuando hablamos con los demás. Sin embargo, tomar la decisión de fortalecer tus habilidades de comunicación puede mejorar mucho tu vida.
Una buena forma de empezar es siguiendo estos consejos:
- Habla menos y escucha más.
En lugar de pensar en lo que dirás cuando tu pareja, tu jefe o tus padres terminen de hablar, concéntrate en lo que están diciendo, su entonación, lenguaje corporal e intención. Solo a través de la escucha plena desarrollamos la empatía y podemos entender a los demás. Esto nos ayudará a evitar discusiones sin sentido y quién sabe todas las oportunidades que conseguirás como resultado. - Hacer preguntas siempre que algo no te haya quedado claro.
Si una expresión o concepto te despierta dudas, ¡no lo des por sentado! Siempre existe la posibilidad de que una ofensa aparente en realidad sea un cumplido malinterpretado.