Existe una fórmula de llevar una vida longeva sin envejecer y se trata de la técnica infalible de Bertrand Russell. Una propuesta que regaló a la humanidad donde él es el mejor ejemplo por vivir casi un siglo entero.
Conocido como ganador del Premio Nobel de Literatura y por su influencia en la filosofía analítica dejó un gran legado.
Este talentoso intelectual plasmó en una de sus obras la clave para llevar una vida sin envejecer. Una técnica que de manera infalible convierte en ameno y placentero el camino hacia nuestra última etapa como seres vivos.
Fue en 1956 cuando publicó su obra «Retratos de memoria y otros ensayos» en donde se puede hallar dicha técnica.
A continuación te presentamos la herencia invaluable que este escritor nos dejó para no envejecer. Te detallamos cada aspecto de este tema importante para que obtengas amplio conocimiento.
Aunque este ensayo lo tituló con el nombre “Cómo envejecer” este escritor aclara de que se trata de todo lo contrario.
1. Mantenerse ocupado en intereses y actividades propias.
El escritor recomienda que mientras la persona se sienta útil para realizar actividades interesantes y amplias será algo beneficioso.
Mientras se mantenga la preocupación viva por hacer actividades no se invertirá tiempo para ver y pensar que se esta envejeciendo.
Esto lo considera como la receta adecuada para permanecer joven sin tener la obligación de pensar en el número de sus años.
2. La salud.
Referente a este tema opina que realmente no puede decir nada útil más allá de sus escasas experiencias por enfermedades.
Escribe que fue un hombre que comía y bebía lo que quería y dormía cuando tenía sueño. Admite que lo que hacía era porque le gustaba y para su beneficio era saludable.
3. El peligro de vivir aferrado al pasado.
Este tópico lo coloca como una recomendación psicológica importante para cuando se llega a la vejez. Recomienda que no se debe vivir de puras memorias ni lamentos ni tristezas por el tiempo pasado.
Se debe hacer el esfuerzo por mantener los pensamientos posicionados al futuro y en todo aquello que se pueda hacer.
Admite en su ensayo que este punto no es tarea fácil ya que el propio pasado gradualmente crece en su peso. Es por ello que mientras se enfoquen los pensamientos en la dirección adecuada se logrará dejar ese peso atrás y se podrá hasta olvidar.
4. El peligro de adherirse a la juventud.
Este aspecto también lo abarca con importancia psicológica para lograr evitarlo en la vejez. Para él no se puede aferrar a la juventud solo por conseguir con esfuerzo su vitalidad.
También habla de aquellas personas que tienen hijos y se vuelven una carga para estos. Explica que mientras más continúe el interés desenfrenado por ellos más se le considerará una carga.
De esta manera añade que el interés hacia los hijos debe ser contemplativo y filantrópico sin llegar a ser emotivo.
5. Tener preocupaciones impersonales.
En este aspecto el filósofo explica que a medida que se envejece las preocupaciones deben convertirse en impersonales. Al ser estas así él considera que la persona tendrá una vejez afortunada.
Esta persona disfrutará de la larga experiencia de su vida obteniendo como resultado la anhelada sabiduría. Además será capaz de ejercitarla sin ser opresiva.
Cuando obtenga este tipo de preocupaciones podrá darle utilidad al valor que usted mismo posee para su descendencia. Es decir, lo útil y valioso que se convertirá para sus hijos y nietos en su crecimiento.
6. El miedo a la muerte.
Definiéndolo como abyecto e innoble es un temor que el escritor admite que lo poseen muchos ancianos. En su opinión expresa el mejor modo para poder superarlo.
Explica que para superar este temor se deben volver los intereses cada vez más impersonales. Esto ayudará a que su vida se convierta, siga creciendo y pertenezca a la vida universal.
De esta manera asegura que la persona que sea capaz de tener una vida sin su ser individual no sufrirá tal temor a la muerte. Pues esta persona será capaz de poder recibir el pensamiento de que estará próxima su momento de descanso.
Para finalizar este gran escritor expresó «Yo desearía morir en pleno trabajo, sabiendo que otros continuarán lo que yo ya no puedo hacer, y contento al pensar que se hizo lo que fue posible hacer».
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