Y se fueron sin decir adios, pero los recordaremos siempre. Eliecer Castaño Marín fue, antes que nada, docente, maestro, un verdadero maestro. De esos que tienen vocación desde pequeños, sin importar el qué dirán. Creía en los jóvenes y en especial en esos jóvenes inquietos a quienes muchos padres querían dejar por fuera de todos los colegios, pues eran considerados insoportables, pendencieros, drogadictos y antes que nada, rebeldes sin causa.
Eliecer creía en ellos y la mejor cura para todos esos males era la que él tenía bajo su manga. Ese as que hizo cambios en todos ellos, en jóvenes irredentos para muchos, pero redimibles para Eliecer.
Un colegio diferente, distinto con una concepción de respeto, libertad y participación. Un colegio con afecto y en el cual creyeron esos jóvenes a quienes no les tenían fe en sus hogares o en otras instituciones.
Por ello, ahora cuando Eliecer se fue, quedaron los recuerdos en todos los egresados del Colegio Carlomagno. Y dos sencillos ejemplos para mostrar lo que hizo en sus alumnos con su concepto de educación:
- «Definitivamente sí, después de aguantar los angelitos que éramos, en el Colegio Carlomagno éramos un completo circo, pero fue el único establecimiento educativo que nos soportó y logró domesticarnos. Siempre admiré a don Eliécer, a pesar de la guerra que di! ¡Paz en su tumba!» Álvaro Ángel
- «En la época mas jodida de mi rebeldía él creyó en mi, me aconsejó, me alcahuetió, me expulsó, me volvió a recibir, me afinó y me terminó graduando.
-«Lo logré» me dijo con su mano en mi hombro…
-«Ahó Pluma blanca», le dije como siempre le decía…Qué inmenso fue el influjo de su ser en mi ser, en el ser de tantas generaciones… ¿A cuántos de nosotros no rescató de otras suertes? ¡Adoro el recuerdo de mi compartir con toda la fauna carlomagnistica, cada escena de la leyenda que interpretamos!
¡Hasta siempre Pluma Blanca! – Andrés Estefan
Qué mejores ejemplos entre tantos y tantos egresados de un colegio diferente, distinto a los demás y del cual se graduaron muchos que hoy son grandes personajes a nivel nacional gracias a Eliecer
Y no habían pasado 24 horas de su desaparición, cuando recibimos la noticia de la muerte del coronel Luis Alberto Bernal Cuervo, quien había sido Director de Bienestar Institucional en la Universidad La Gran Colombia, durante muchos años y además, presidente del Club de Leones Armenia.
Los dos tenían algo en común: Servicio. Es la mejor palabra para definirlos. Porque servir era lo más importante para ellos.
Recuerdo al coronel Bernal cómo ayudaba a estudiantes en la UGC. Sin que se dieran cuenta los demás directivos. Utilizaba dinero de su bolsillo para ayudar a muchos jóvenes. Eso no lo compartía. Lo hacía calladamente. Sin que en la Universidad se enteraran. Era un verdadero hombre con vocación.
Hoy, un pequeño homenaje a dos amigos que se fueron, se adelantaron, pero de quienes tengo grandes y maravillosos recuerdos. Gracias Eliecer. Gracias, Coronel Bernal.
Manuel Gómez Sabogal