Por Faber Bedoya C
Cuando apenas llevamos 78 minutos transcurridos de este gran partido de la vida, nos hemos reunido para conversar sobre nuestro querido y nunca olvidado, el deportes Quindio. Nos volvimos hinchas de cafetín. Hace mucho rato que no vamos al estadio, no es tema de conversación, no sabemos su nómina, sabemos que está en la B, que es manejado por el señor Hernando Angel, que subió hace poco a la categoría A y volvió a descender, que su entrenador es Oscar Hector Quintabani, y que asisten pocos aficionados a los partidos.
Pero sí nos enteramos que hace poco hubo un atentado contra la sede administrativa del equipo, que hubo desordenes, que existe una barra brava, y que el entrenador tiene que andar con guardaespaldas, porque está amenazado. Esto fue noticia, con entrevista, a nivel nacional.
La mayoría de nosotros conocimos al Deportes Quindio, desde su fundación en 1951, y cuando fue campeón en 1956, y alcanzamos a conocer personalmente a muchos de esos destacados jugadores. Por ejemplo a “salivita” Americo Tissera, a Cuello, Bianchi, Lombardo, Cazaubón, Alarcón, Urruti, Sabino Bartoli y José «El Próspero» Fabrini, quien oficiaba como director técnico. Y muchos se quedaron entre nosotros. Francisco Lombardo fue copropietario del salón de billares Continental, situado en la carrera 14 entre calles 19 y 20. Manuel Dante Pais, fue profesor en el San Solano y allí terminó sus días. Roberto “Benitin” Urruti fue director técnico de las selecciones de futbol de la universidad del Quindio y pensionado por la institución.
En esas lejanas calendas, la asistencia al estadio San José, era cita obligada de los domingos cada quince días. Un programa dominical y en familia. En las graderías los niños corrían a sus anchas. Solo existía sol y sombra. Y por sombra entraban los “gorriones” que eran quienes podían pasar por debajo de una tabla, que media la estatura de los niños. Nuestro Deportes Quindio era un equipo respetado en el concierto deportivo nacional y muy aceptado socialmente en el departamento. Sus jugadores eran vecinos, amigos, fueron compañeros de estudio. Nos acordamos, convivimos, con Esneider Londoño de Cicedonia, marcador derecho, hasta cuando Omar Verdun lo lesiono. Eliecer Duque, el maestrico, mascota Hurtado, Absalon Oviedo quien viva en el Barrio Buenos Aires, aguacero Salazar, trabajó en un almacen de electrodomésticos en la calle 21 de Armenia, la sombra Martinez, Edgar Cardenas, “chancharo”. Alcides Saavedra, Alberto “frijolito” Gomez, Roberto “pequeca” Velez. Quindianos o que se quedaron en estas tierras. Ricardo “el pibe” Diaz, Alejandro Carrillo, Francisco Solano Patiño, Alejandrino Genes, Julio Cesar Asciolo.
La lista es muy extensa y muy agradable recordarla. Me niego a seguir sin mencionar a Jorge Bermudes, padre e hijo, el pollito Diaz, Hugo Rodallega, a Daniel Tilger, Cervera, Carlos Medrano, Taverna, Alexander Mejia, Dario Campagna, Wilson “el pájaro” Carpintero, Ruben Dario Hernandez. Norberto Ballesteros. Nicolás Lobatón, quien terminó Contaduría en la Universidad del Quindio. No, es muy difícil seguir, la lista es muy extensa y muy agradable de recordar. Tuvimos el primer árbitro FIFA de Colombia, Ovidio “el sauce” Orrego, quien por el temor a montar en avión se vio obligado a renunciar al oficio, sin embargo, pitó una final en el Maracaná del Brasil. Y a nivel aficionado, los famosos árbitros, Guillermo “cartucho” Giraldo, Ramiro “cháncharo” Cárdenas.
Y pasaron por el equipo una larga lista de entrenadores. Francisco Lombardo, Jose Mini, Oscar Severiano Ramos, Roberto Segundo Urruti, Fernando Castro, Jaime Rodriguez, Alberto Suarez, Augusto Garcia, Jose Torres, Eduardo Lara, Arturo Boyacá, Jose Eugenjio Restrepo, Carlos Restrepo, Eduardo Retat, Alvaro de Jesus Gomez, Diego Umaña, Diego Barragan, Nestor Otero, Wilmer Conde, Miguel Augusto Prince, Oscar Hector Quintabani. La lista también es muy extensa, pero no es tan grata de recordarla. Por ejemplo, en el año 2000 el cuadro milagroso vivió sus dolorosos, al descender de categoría, sin embargo, diez meses después, 2001, y de la mano de Eduardo Lara, en el marco de la celebración de los cincuenta años de la fundación del Deportes Quindio, regresó a la máxima categoría del futbol colombiano. Y permaneció en la categoría A, hasta el 2013, cuando descendió a la categoría B. Ya era propietario el señor Hernando Angel Montaño. Y en el 2021 subió a la categoría A y solo duro seis meses, con la dirección técnica de Oscar Hector Quintabani.
Las actuaciones del Deporte Quindio con sus diferentes nombres, Atletico Quindio, o IBG Quindio, buenas, excelentes, regulares, malas, como fueran, copaban nuestra atención de adultos jóvenes. Llegó a ser, para nosotros, una pasión y más en competencia con el Deportivo Pereira y el Once Caldas, regiones siempre rivales en todo. Era tanta la pasión que un familiar muy allegado, se casó y el cojín de las arras, era el escudo del Quindio, y los padrinos entraron a la iglesia con la bandera del departamento. Esto sucedió en la Iglesia de Montenegro el primero de mayo del 2009.
Y las anécdotas son muy extensas y agradabilísimas de recordar como la que me contó un amigo, quien fué gerente de la institución, cuando Hugo Tabares Sanchez fue presidente de la junta, que Walter Marcolini con un taponazo, quebró el paral izquierda de la portería sur del estadio san José. Y faltan datos de muchos contertulios.