¿Alguna vez has oído la frase: “Un buen ejemplo es mejor que un buen precepto”?
Si no lo has hecho, ahora es un buen momento para familiarizarte con ella y descubrir la magia que la coherencia puede hacer en tu vida.
Vivir coherentemente tiene que ver con equilibrio y transparencia. Todos los ámbitos de tu vida deben reconciliarse, y la versión de ti mismo que proyectas al mundo debe ser auténtica.
En realidad, no hay nada en un estilo de vida coherente que debiera ser visto como “fuera de lo normal”. Si tienes creencias e ideales, deberías actuar en consecuencia. Si crees que algo es correcto, deberías defenderlo y, si piensas que algo está mal, deberías denunciarlo.
Una vida coherente es esto, y dice mucho acerca de tu madurez mental y espiritual.
Beneficios de una vida coherente
Vivir en sintonía con tus principios es una forma de cuidar tu salud emocional y mantener a raya a las personas tóxicas. Esto es porque, si te ocupas de vivir en plenitud y armonía, será menos probable que pierdas tiempo y energía pensando en los problemas o dando importancia a asuntos que no suman a tu bienestar.
Un estudio de 2013 realizado por la Universidad de Missouri (EE. UU.) descubrió que vivir coherentemente se relaciona con la percepción de una vida más significativa. Es decir que las personas que “predican y aplican” también sienten que hay un propósito claro en sus vidas, lo cual se puede convertir en un polo a tierra en momentos difíciles o de gran incertidumbre.
Todo esto explica la importancia de una vida coherente: se trata, en pocas palabras, de comprometerte con una causa y hacer de ella el motor de tu motivación. No debes olvidar que “quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”.
Consejos para tener una vida más coherente
Algunos psicoterapeutas opinan que, para construir una historia de vida coherente, debemos trabajar en un “Yo integrado”. Esta es una forma de referirse a la parte más sabia de nosotros mismos, la que nunca pierde contacto con el núcleo moral y que está, incluso, antes que la personalidad.
Escuchar a esta parte en nuestro interior, que siempre nos motiva a elegir el amor, la bondad y la honestidad en lugar de la ira y la violencia, es la vía para desarrollar el “Yo integrado” y alcanzar un estilo de vida más coherente. Para conseguirlo, estas son algunas prácticas que pueden ayudarnos a expandir nuestra conciencia moral:
- Elegir con mucho cuidado el contenido consumido en redes sociales y en la televisión. Lo que vemos en los medios de comunicación puede influir en nuestra forma de pensar y actuar. Evita, siempre que se pueda, la exposición a contenido violento o que promueva una conducta dañina para ti mismo o los demás.
- Sé consciente de tus palabras. Aunque no es un ejercicio fácil, comenzar a ser más consciente de lo que dices te ayudará a tener una vida más coherente. Procura elegir un diálogo conciliador en lugar de palabras hirientes sin importar con quién hables. Si algún día estás demasiado molesto, recuerda que el silencio es la mejor medicina para recuperar tu centro.
- Deja que tus valores guíen tus actos. A veces tomamos decisiones que van en contra de lo que creemos correcto, esto pasa cuando nos dejamos llevar por la ambición, la ira o la decepción. Para cambiar esto, comienza a preguntarte siempre, antes de actuar, qué emoción o pensamiento está guiando tus pasos. Así comenzarás a tomar decisiones de manera consciente.
En conclusión, un estilo de vida coherente no está fuera de nuestras capacidades si realmente nos proponemos comenzar a vivir de este modo. Los beneficios, una vez que lo logras, se relacionan directamente con una vida más tranquila y balanceada.