Por Manuel Gómez Sabogal
“Sé que yo no soy perfecto, lo sé y que tengo mil defectos, también. Pero busquen por la tierra y el que esté limpio de culpa, lance la primera piedra”, dice la canción.
Y es aplicable a todos y cada uno de los seres humanos. Nadie se escapa. Nadie está libre de culpa, pecado, defecto
Muchas veces nos equivocamos, pero si somos correctos, honestos y sinceros, vale la pena disculparse, sentir que decimos “lo siento”, fue un error. Y no volver a cometer el mismo error. Es lo más importante.
Hoy, hagamos un cambio de dirección y viremos, busquemos ser diferentes, completos, dinámicos y correctos en todo sentido.
Hoy, dejemos atrás esos errores cometidos y sintamos que somos otros con un corazón renovado y lleno de alegría, amistad y sinceridad. No es fácil, pero se puede. No es sencillo, pero cada uno debe buscar un renacer.
Hoy, el perdón juega un papel importante en la vida de cada uno. No podemos seguir viviendo, así como hasta ahora, llenos de odio, rencor y deseando lo peor a los demás.
Cambiar no es solamente para algunos. El cambio es de cada uno y de todos. Para que los demás cambien, debemos empezar por nosotros. No es tan simple cambiar, pero se puede lograr.
Hay que tender las manos y abrir los brazos para que los demás encuentren que sí hemos cambiado. Que los recibimos con verdadera sinceridad. No lancemos piedras, porque se pueden convertir en búmeran.
Todos nos equivocamos y cometemos errores. Entendamos que los cambios se dan y que podemos hacerlo.
¿Fácil? Para nada. Todo es difícil en la vida. Cambiar de verdad es un proceso complicado pero que se puede dar.
Muchas veces seguimos a quienes creemos que debemos seguir, pero nos equivocamos. El camino de la vida no es tan simple y por eso, todo lo debemos analizar con sinceridad antes de continuar por la ruta que no es.
Hoy, no tiremos la primera piedra, porque no lo podemos hacer. Empecemos por esta frase: ser honestos con nosotros mismos.
No nos desgastemos con comentarios insulsos en contra de los demás. No tiremos piedras que pueden rebotar y volverse en nuestra contra.
“Sé que yo no soy perfecto, lo sé…”
El odio es un sentímientoi que corroe al que lo siente, igual el rencor, hay que aceptar que no somos perfectos, todos somos diferentes. En Maneras de pensar y proceder, y solamente amando a Dios el nos da el disernimiento y la direccion para interactuar, perdonar y aceptar con errores a nuestros, semejantes,