Por Manuel Gómez Sabogal
Pensé que no tendría que volver a Molestar. Sin embargo, todo se debe a que, desde el 18 de febrero de este año, pensé que era un daño en mi televisor o en la empresa, pero no, quitaron más de 15 canales que habían estado en el plan de la televisión. Además, las megas del internet eran 11 y no 4.
Movistar no respeta al usuario, pues deben escribir, decir o enviar un mensaje con la información, al menos ocho días antes para saber a qué atenerse o qué discutir con ellos. Para eso piden número de celular, correo, dirección y todos los datos habidos y por haber. Es decir, el cliente queda empeloto ante Movistar. No. Los quitaron así, sin explicación alguna. Y, además, bajaron las megas del internet de 11 a 4. Todo, porque sí. Pero la factura llega puntual y debe pagarse a tiempo o quitan algo.
¿Así harán con todos los usuarios? Porque son muchas las personas que día a día hacen fila en las oficinas para reclamar algo referente a los servicios de una empresa que apoya el ciclismo y se enorgullece de los patrocinios. Sin embargo, a los clientes, los trata como a los zapatos
¡No hay derecho! Llamé a la línea 018000 de Movistar. Allí, las máquinas que son expertas en enviarlo al 1, al 2, al 4 o a que espere a ser atendido por un humano en unos 20 minutos, digo yo. Ese humano es formal, agradable y vuelve a preguntar lo mismo que la máquina, porque es necesario corroborar la información. Y así, se van más de 50 minutos, La respuesta fue: “Señor, esos canales se quitaron, porque su contrato venció. Yo ni sabía cuándo o porqué se vencía el contrato. Ni me avisaron, escribieron, llamaron. Nada de eso. Simplemente, actuaron y quedé mirando para el páramo. El humano te dice que debes ir a hablar con el personal del área comercial, es decir, a la oficina y ellos pueden dar alguna solución. Al final, me pregunto: ¿Para qué la llamada?
Y siguiendo el consejo, fui a la oficina. Muy formal, me atendió una niña. Atenta y colaboradora, simpática y agradable. Saben atender, pero ellas no tienen la culpa.
Ya no sé qué hacer. La niña que me ha atendido, tampoco. Ha hecho todos los intentos posibles, pero allá, en la empresa, algo pasa. La niña me hizo un ofrecimiento, lo acepté y a hoy, no hay solución a la vista.
Por consiguiente, esta es una protesta ante la vulgaridad de esta empresa a la que le llega dinero todos los días, pero que no entiende a quiénes les está sirviendo.
Es decir, los usuarios son paquetes de telefonía, televisión e internet. Lo demás, está escrito en contratos o en las decisiones de una empresa que irrespeta vulgarmente a los usuarios. Una empresa que no entiende que las personas existen y merecen la mejor atención y comprender sus requerimientos. Y mucho más cuando un cliente lleva más de 9 años con la empresa.
No soy yo, son muchos más, pero se quedan callados, en silencio. Yo no. Movistar, que pena por Molestar pero ese sería un mejor nombre para una empresa que hace lo que le da la gana con los usuarios.
Están cobrando como si tuviera todos los canales en servicio y las megas de internet estuvieran en 11. ¿Quién podrá defendernos? ¡Qué pena señores de Movistar… ¡No es por Molestar!
Nota del Editor: este episodio es en Colombia.