Siempre me enseñaron que debía sumar y multiplicar y no restar y dividir. Lo escribo, porque un amigo me contó una historia que casi no termina, ni tiene final casi feliz, si se puede decir así.
Fue a una cooperativa que se denomina “Sumas y soluciones” para que le facilitaran un dinero. Lo hicieron y mi amigo muy contento, recibió la suma indicada. Sin embargo, el calvario empezó cuando fue a pedir un certificado de cuánto debía. Ahí empezó el sufrimiento y la subida a la Línea, pasando por un túnel que aún no termina. Nos reunimos al calor de un café y nuestra charla se dio más o menos así:
- Hace unos días, necesitaba un recibo. Te cuento que fue horroroso solicitar ese documento. Me cobraron 40 mil pesos y me dijeron que en un mes llegaba el certificado.
- ¡No te puedo creer!
- Así es. Un mes y yo necesitando urgentemente ese papel.
- ¿Pero no te ayudaron? ¿Escribiste a alguien?
- Pues busqué la página web y estoy más actualizado yo que tengo tantos años. Te cuento que esa página está muerta. Encontré la Misión que dice: “Ayudar a que las personas bancarizadas y no bancarizadas, accedan a créditos y servicios financieros mediante la aplicación de prácticas eficientes, competitivas, seguras y rentables”. Pero no solamente eso, sino la Visión: En el año 2018, Sumas y Soluciones, será un masificador de productos de crédito y servicios para los estratos 2,3 y 4 en Colombia, alcanzando una participación cercana al 2% del mercado regulado de libranzas. Ampliando nuestra presencia geográfica al menos a 20 ciudades principales del país, diversificando el portafolio de productos. Como puedes darte cuenta es una visión hasta el 2018. Estamos en 2019. Y lo triste del caso es que si entras a esa página, no hay nada interesante.
- Me extraña que me cuentes eso. No puede ser que en pleno siglo XXI, haya una empresa que parezca informal o no tenga personal suficiente y, además, tenga una visión que termina en el 2018 y estemos en junio de 2019. ¿Qué más te pasó?
- Casi nada. Encontré, después de mucho buscar, un correo. Escribí: Buenos días, Espero me informe cuándo recibo el certificado para declaración de renta 2018. Es muy importante para mí. Agradezco su pronta respuesta. Y ¿sabes qué?
- Te la enviaron de una.
- Dos semanas después, me contestaron: Buena tarde. Una vez verificada la información suministrada en su comunicación enviada vía email, encontramos que esta carece de datos insuficientes para atender su solicitud. ¿Cómo te parece? “Carece de datos insuficientes”. Les volví a escribir, porque me pidieron mil datos. Los envié y adivina ¿qué? Recibí esta respuesta una semana después: Buen día. Una vez verificada la información suministrada en su comunicación enviada vía email, amablemente le informamos que este tipo de requerimientos son atendidos en nuestros centros de atención personalizados. Por lo tanto, encontramos oportuno sugerirle acercase a cualquiera de las siguientes oficinas en horario de 8:00 am a 5:00 pm de lunes a viernes. Leí eso y mi única reacción fue: ¡Son unos estúpidos!
- Bueno, pero al mes te llegó el certificado que pedías.
- No, tuve qué pagar otra vez, porque no hubo el tiempo suficiente y después de un mes, me dijeron que volviese al mes siguiente…
- Pero eso es muy raro…
- Raro, aburridor y es una empresa en la que no creo para nada y no la recomiendo. Por fin, después de tanto esperar, me llegó el certificado de cuánto debía.
- Ahora estás tranquilo.
- Para nada. Fueron dos meses perdidos por culpa de esa empresa Sumas y restas
- Me dijiste Sumas y soluciones.
- Ay, no entiendes. Sumas y restas, porque soluciones no hay, no existen. Además, en el correo dice: «Agradecemos su comunicación por cuanto su información es importante para nosotros, dado que son los clientes quienes nos hacen trabajar día a día para mejorar nuestra calidad en el servicio. Cordialmente: Sumas y Soluciones S.A.S» y no hay una firma responsable.
- Bueno, pues esto me has contado. Gracias por confiarme esta historia. ¿Volverás por allá?
- ¡Ni loco!
Página Oficial de Sumas y Soluciones
Manuel Gómez Sabogal