El invierno nos hace ver todo en blanco y negro. Con la nieve amontonada por todos lados, no sentimos ganas de irnos a pasar unas vacaciones en una cabaña congelada o en un pico cubierto de nieve. Si estás sintiendo que el invierno te deprime, por qué no visitar la isla italiana de Murano: un trozo multicolor de Venecia.
Este pedacito del edén flota justo al norte de Venecia, en la Laguna Veneta. Es famosa por sus productos de vidrio espectaculares, que los vendedores y artesanos han estado vendiendo desde el siglo XIII. Un laberinto de puentes conecta los caminos desiertos que conducen a las coloridas casas de sus habitantes, y con colores tan vivos y brillantes que cuesta trabajo creer que son de verdad.
Murano está a un paso de distancia en lancha desde cualquier punto principal en Venecia, pero al llegar a ella se siente como si se estuviera en otra parte, por su colorido. Mientras estés en este pequeño oasis, podrías visitar la fábrica local de vidrio o explorar todas las tiendas que están alineadas en el canal. Lo más impresionante de Murano es su encantadora basílica, aún de pie, mostrando su arquitectura típica del siglo XIII.
Y mientras te encuentras en la capital del vidrio, no dejes de comprar adornos de vidrio, recuerdos de vidrio, o cosas para tu casa. Y no dejes de tomar en cuenta que la pasta también es exquisita. ¡Ciao!
Traducido de publicación en Huffington Post