En las Fuerzas Armadas Venezolanas, se habló en una época del Mando y Conducción, lo cual evolucionó en el «Liderazgo». Pero al final, cambió la forma y no el fondo. Y con el tiempo, los principios de mando y conducción han permanecido vigentes, aún en estos días.
1. Conoce tu trabajo.
Para conocer su trabajo, el jefe debe poseer un amplio campo de conocimientos y tratar constantemente de mejorarlos mediante el estudio y la experiencia. Es importante que los métodos y procedimientos de organización, administración e instrucción del personal sean comprendidos. Para el conocimiento de su trabajo, el jefe debe poseer un entendimiento claro de las Relaciones Humanas. Debe tener conocimiento de los deberes, responsabilidades y problemas de sus subordinados. Debe lograr saber tanto de su trabajo como humanamente le
sea posible aprender.
2. Conócete a sí mismo y preocúpate por tu propio mejoramiento.
Un auto análisis objetivo es el primer requisito para el jefe. Este no puede dirigir a otro si no se domina así mismo. No es suficiente para el jefe el estar meramente enterado de sus capacidades y limitaciones. Una vez que éstas han sido determinadas, debe hacerse un esfuerzo sincero para retener y mejorar sus capacidades, eliminar sus limitaciones y debilidades.
3. Conoce a tus hombres y preocúpate por el bienestar de ellos.
Por medio de la observación y el contacto personal, el líder reconoce las diferencias entre los individuos, y está más capacitado para saber cómo sus hombres reaccionarán en diversas circunstancias. El conocimiento y comprensión de cómo actuarán sus hombres lo capacita para un empleo más efectivo de ellos. Mediante este conocimiento, el líder puede anticiparse a proveer sus necesidades y ganar su confianza, respeto y cooperación, si hace un esfuerzo
sincero en pro de su bienestar.
4. Mantén a tus hombres informados.
Los miembros de la organización desean, por lo regular, saber lo que van a hacer y qué tal lo hicieron una vez que su tarea ha sido ejecutada. El ejecutante es mucho más efectivo cuando comprende su misión, la situación y el objetivo de la tarea que le ha sido asignada. La información motiva a los hombres y los capacita para ejercitar una mayor iniciativa en cualquier situación que pueda presentarse. El estar informado aleja los rumores.
5. Da el ejemplo.
Haga usted mismo lo que espera de sus hombres. Estos, en una forma instintiva, hacen de la conducta de sus jefes el patrón de la suya. Mediante el ejemplo suyo, usted será capaz de establecer normas para su unidad y ganar el respeto y la subordinación espontánea de sus hombres. Si el jefe ha destruido el respeto mutuo que debe existir entre él y sus subordinados habrá poca oportunidad para que ejerza su Don de Mando.
6. Cerciórate de que la tarea ha sido entendida, supervisada y cumplida.
Pocas tareas son apropiadamente cumplidas, sino han sido impartidas órdenes claras y precisas. No es suficiente el solo hecho de entregar las órdenes. El jefe debe cerciorarse de que sus órdenes han sido entendidas. Una vez que la dirección ha sido indicada, el jefe debe cumplir la difícil tarea de supervisar. Debe emplear buen juicio para evitar demasiada o muy poca supervisión. Debe interferir sólo cuando sea necesario, debido a errores considerables. Si la supervisión no se realiza en forma eficiente, se corre el riesgo de coartar al subordinado y hacerle perder la confianza.
7. Entrena a tus hombres para que trabajen en equipo.
El trabajo en equipo es la llave para el éxito de las operaciones. Por tanto, es deber de todo líder desarrollar el trabajo en equipo. Comenzando por los escalones más bajos y progresando en ascenso hasta las unidades superiores; ello permitirá una operación eficiente y exitosa en su unidad.
8. Toma decisiones correctas y oportunas.
La habilidad para tomar decisiones se basa en la capacidad del jefe para pensar en forma lógica y ordenada. Requiere una comprensión plena de la situación y un respaldo intelectual suficiente que lo capaciten para reconocer y evaluar todos los aspectos de las circunstancias que enfrenten. Un jefe alerta práctica y hace estimaciones objetivas de todas las situaciones nuevas o cambiantes. Se prepara así para reaccionar rápida y eficientemente cuando las circunstancias lo requieran.
9. Busca responsabilidades y desarrolla el sentido de responsabilidad entre tus subordinados.
Con la búsqueda de responsabilidades, el jefe se capacita en su profesión y desarrolla su habilidad potencial. Debe asumir con rapidez la iniciativa en ausencia de instrucciones de la superioridad. Mediante la delegación adecuada de autoridad, el jefe desarrolla un sentido de responsabilidad en sus subordinados. Debe alentar la iniciativa en ellos y, aunque a menudo necesiten supervisión, no debe interferirlos sino en caso de ser muy necesario.
10. Emplea tu Unidad de acuerdo a sus capacidades.
Los objetivos que le sean asignados serán logrados si la eficiencia y la moral de la unidad son desarrolladas y mantenidas, y si el jefe conoce las capacidades y limitaciones de su Unidad. La práctica juiciosa en la asignación de objetivos, estimulará la confianza y el desarrollo de las habilidades en la Unidad. En ocasiones, ciertas situaciones pueden hacer que el jefe demande de sus hombres más de lo que ellos normalmente puedan dar. La eficiencia y la moral no se perderán a menos que esa práctica se haga un proceder común.
11. Responsabilízate por las acciones de la Unidad.
El Comandante de una Unidad es responsable por todo lo que la Unidad haga o deje de hacer. Es importante que el jefe se esfuerce por asegurar que su unidad haga las cosas de una manera aceptable, pero siempre deberá asumir la responsabilidad de ellas aun cuando no salgan bien. Si el jefe falla en asumir esta responsabilidad, su posición y ascendiente ante sus hombres se verán afectadas, y las posibilidades del logro de éxitos o de la misión serán reducidas.
12. Se firme, pero justo
Por lo general en el servicio el individuo espera ser tratado de un modo firme. La Firmeza no significa, de modo alguno, un tratamiento tiránico para los subordinados. Como una norma firme, debe haber imparcialidad y justicia. Tal proceder es muy efectivo en el trato con los subalternos, pero demanda mucho sentido común y buen juicio por parte del jefe. Debe evitar las parcialidades y la tendencia a formar corte de favoritos.
Excelente, me hizo volver a mis estudios de especialización o capacitación en las diferentes escuelas de la Guardia Nacional…
Que bueno. Gracias por tu visita y comentario…
Saludos Castellanos, muy buena tu publicación.
Saludos Lafontant. Gracias por tu visita y por tu comentario…
Meparece excelente, porque estos principios son vitales para una mejor formacion de toda la sociedad en cualquier aspecto de la vida. si los aplicamos en nuestro hogar de seguro tendremos una familia exitosa.
Gracias, Pedro, por tu visita y comentario.