Y otras cosas
Grupos de Trabajo y Equipos de Trabajo: ¿sumar o multiplicar?
¿Cuántas veces no ha formado usted grupos de trabajo? ¿Y cuántas veces ha formado equipos de trabajo? Seguramente pensará: ¡pero si es lo mismo! Bueno: a menos que usted haya estudiado en una escuela con un maestro realmente excepcional, estará usted con este su servidor en el grupo de los que nunca aprendimos la diferencia entre un grupo de trabajo y un equipo de trabajo.
Pero no se preocupe: esta vez usted va a saber la diferencia y podrá enseñársela a sus amigos y seres queridos.
Nos han pedido u ordenado siempre trabajar en equipo pero raras veces nos han enseñado a hacerlo. Casi siempre hemos trabajado en grupo, es decir que nos unimos en forma igualitaria desde el punto de vista operativo para el logro de un objetivo, como las cuatro piezas del ludo o parchís, iguales las cuatro, con la misma meta: llegar a casa. Es en ese caso cuando me refiero a formar un grupo de trabajo, buscando masificar un efecto para lograr una tarea.
La historia cambia cuando vamos a formar un equipo de trabajo: aquí ocurre que cuando al grupo se le agrega talento, la fuerza no se suma, sino que se multiplica.
Mientras un grupo de trabajo se desenvuelve usando una sola habilidad como motor principal, un equipo de trabajo funciona en ese lindero que existe entre la motivación y la habilidad, haciendo que intervengan lo que llamo humildemente los “pactos o supuestos reestructurales”, es decir, que se presentan momentos donde el grupo sacrifica su igualdad para dar protagonismo al más hábil o más diestro para lograr una tarea y así alcanzar el objetivo con mayor eficiencia. Considero que esta diferencia podrá servir de herramienta para versatilizar el empleo del talento humano: quizás eso nos pudiera hacer pensar que mientras el grupo de trabajo es el ludo, el equipo de trabajo es el ajedrez, lo que permitiría enfrentar tareas más complejas cada vez. Habrá que diferenciar en las negociaciones del talento, porque mientras una empresa se maneja con los contratos, un equipo de trabajo se maneja con los pactos.
Quizás la situación en una empresa sea tan complicada que sean necesarios tres gerentes generales para enfrentar los distintos problemas con las mismas facultades de decisión pero con distintos talentos para la producción y el crecimiento, donde cada uno admita y ceda protagonismo al otro dependiendo de la situación. Cuando ya se hayan resuelto los problemas, se volverá a la estructura original. Esto será un reto para las empresas acostumbradas a reorganizarse en forma permanente: tendrán que comprender que para los equipos de trabajo de alto talento, es necesario que su duración sea contingente y efímera para no trastocar su esencia ni deformar su objeto de origen.
Quizás usted ya sabía de esta diferencia, quizás ya ha aplicado esta diferencia en provecho de su organización: eso me alegraría en lo personal. No obstante, si no ha llegado a diferenciar el empleo de su talento humano disponible utilizando estos criterios, le recomiendo que comience a tenerlos en cuenta al momento de organizar personas para cumplir tareas medulares orientadas a mejorar, a transformar, a innovar. Sume y multiplique: cada acción tiene su escenario y su valor. De usted depende.
Jorge Sánchez R
Revista DTyOC