Cuando matamos el amor

El amor no muere por causas naturales. Muere por negligencia y abandono. Muere por ceguera e indiferencia y porque se lo da por sentado. Las omisiones son generalmente más graves que los errores cometidos. Finalmente, el amor muere de cansancio, porque no se lo alimenta. No dejamos de amar así porque si, del mismo modo en que nos enamoramos porque si. Cuando el amor muere, es porque uno o ambos amantes lo descuidaron, no lo avivaron ni renovaron.

Lo mas triste es que siempre cada quien termina echándole la culpa al otro. Como cualquier otro ser viviente, el amor requiere el esfuerzo mutuo de mantenerlo sano. El amor es como una flor bella, mientras vive, todos la quieren, pero una vez muerto nadie lo desea. También pienso que muchas veces desechamos el tallo que dio vida a una hermosa flor, sin saber que ese tallo algún día podría dar otra flor mas bella aún. ¿Cuántos de nosotros de verdad sabemos diferenciar lo que hay entre lo que es, la necesidad de amar a una persona y amar a la persona misma?

Vía «Lo que se siente, se ve y se dice«, de Nelson Cisneros

divorcio

Por Luis Castellanos

Experto en Tecnología y Seguridad. Ingeniero de Sistemas, Docente universitario y Bloguero.

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