“Mi existencia no tiene sentido sin ella”, “vivo por él y para él”, “ella lo es todo para mí”, “él es lo más importante de mi vida”, “no sé qué haría sin ella” o “te necesito”. Tal vez te parezcan familiares las frases mencionadas. Y al ser tan comunes, en la mayoría de los casos se pasan por alto o se les presta poca atención.
Según el nivel de dependencia afectiva, las expresiones y ´declaraciones de amor´ pueden ser interminables, unas más conocidas que otras. Erradamente se cree que estas afirmaciones son verdaderas representaciones del más puro e incondicional de los sentimientos. Cosa que no es así.
Pregúntate lo siguiente: ¿Qué tan habituales son estas frases en tu vida?
Si estás en una relación afectiva deberías hacer un análisis. Identifica si eres dependiente emocional, o si existe la dependencia en tu matrimonio, y elimina este comportamiento de una vez por todas de tu vida.
Ahora bien, antes de iniciar el proceso, conoce algunas manifestaciones relacionadas con la inmadurez emocional. Estas son algunas de las causas que te llevan a ser dependiente en tus relaciones:
- Bajos umbrales para el sufrimiento. Se traduce como sentirse derrotado o llorar con el primer tropiezo. Si una persona ha sido bastante consentida, protegida y alejada del riesgo, claramente hallará de una forma más compleja el coraje necesario para tomar sus propias decisiones.
- Baja tolerancia a la frustración. Tolerar la frustración debido a que no siempre podemos obtener lo que esperamos, implica saber perder y resignarse cuando no hay nada que hacer. Quienes la padecen suelen centrar su pensamiento de una forma en particular, desarrollando fobia al fracaso, la frustración y la desilusión.
- Ilusión de permanencia. Aunque se nos has enseñado que nada dura para siempre, la persona dependiente, de manera ingenua y arriesgada, acepta la idea de lo “permanente”, de lo eternamente estable. Dando como resultado en él o en ella, un efecto tranquilizador.
Pero, bajo todos estos pronósticos no muy positivos y contrario de lo que parece establecer nuestra cultura, sí es posible amar con independencia y aún así seguir amando. Por eso, a través de los siguientes pasos podrás encontrar el camino para eliminar erradas y negativas ataduras. Confirmando así, que la dependencia tiene cura y, además, puede prevenirse.
1. Principio del realismo afectivo
Es decir, ver la relación de pareja tal cual es, sin autoengaños. Ser consciente de la relación es ser franco, afectivo y, cuando es necesario, ser crudo con uno mismo. Reconocer el estado real de la misma es el requisito primordial para empezar el proceso de desapego. Con esto, no se sesga, no se niega, no se justifica, no exagera, no se minimiza; en fin, no se crean falsas ilusiones.
2. Excusar y justificar
Eliminar todo eso que te hace aceptar el poco o nulo amor recibido. Cuando la persona que nos “ama”, lo hace a medias, con limitaciones y dudas; este, pasa desapercibido, no se nota. Así que, ¿qué tipo de amor te están ofreciendo? No sientas agradecimiento, no te están haciendo un favor al “amarte”. Por eso, date tu lugar, evalúa si el amor recibido es el que realmente mereces.
3. Dejar de minimizar los defectos
No ahondes en el error de reducir los defectos de tu pareja para hacer más llevadera la relación y disminuir los riesgos de la ruptura. ¿Generalmente usas las siguientes frases: “todo está bien”, “no hay problemas”, “es soportable”? Aleja este tipo de pensamientos. Si tu pareja te ha maltratado, te ha sido infiel, o te ha hecho daño en algún sentido, no lo olvides. Pero, tampoco caigas en el odio. Solo mide hasta qué punto vale la pena invertir tu energía en un amor en decadencia.
4. Reconocer y aceptar en qué momento ya no hay amor
Sal de una vez por todas de ese limbo afectivo. Para de intentar luchar una y otra vez por ese sentimiento de amor que ya no existe. La unión entre dos seres no necesariamente indica amor o felicidad. El error puede estar en no reconocer qué se siente ¿Tal vez puede ser interés, miedo, pesar o, incluso, odio?
El arte de amar es bastante complejo. Pero, también es necesario aprender a amar sin miedos. Toma el riesgo de querer, de abrazar sin crear dependencia. Adáptate a tu relación de pareja pero ¡OJO! Sin dejar de ser tú mismo.
¿Qué tan dispuesto estás a eliminar esta mala práctica de tu vida?
¡Vive lo hermoso de la pasión, pero sin adicción!