Con tanta información en Internet y lo común que es la viralización de contenido, se han propagado muchos mitos acerca del sueño y dormir bien.
Aunque parezcan inofensivos, los datos imprecisos pueden afectar la salud de las personas haciendo que se priven de las horas de sueño que necesitan. Por eso, desmentir estos mitos con evidencia es una oportunidad para comenzar a tener la calidad de sueño que tu cuerpo necesita.
Estos son algunos de los mitos más comunes sobre dormir bien, y la verdad detrás del error.
1. “El trasnocho no enferma”
Mucha gente piensa que los problemas de salud, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y la depresión, no tienen nada que ver con la cantidad y calidad del sueño. Pero, en realidad, son cada vez más los estudios científicos que demuestran correlaciones entre un sueño de mala calidad y enfermedades tanto físicas como mentales.
Por ejemplo, la interrupción del sueño puede causar hipertensión y problemas cardiovasculares. También se ha demostrado que la falta de sueño afecta la capacidad del cuerpo para administrar la insulina, haciendo que el apetito aumente y disminuya la quema de calorías.
2. “Solamente los bebés y los niños necesitan dormir bien”
Es cierto que, durante las primeras etapas de la vida, el cuerpo necesita muchas horas de sueño para promover el desarrollo cerebral, el aprendizaje, la memoria y el bienestar general. Sin embargo, los expertos recomiendan a los adultos dormir entre 7 y 9 horas al día, dependiendo de cuánto lo necesite tu organismo.
Esta puede parecer una cantidad exagerada para algunas personas, pero no lo es. Los adultos, dependiendo de su rutina diaria, pueden necesitar tanto tiempo de descanso como los niños, y ya viste algunas consecuencias de ignorar estas necesidades.
3. “Los adolescentes que se quedan dormidos en clase son perezosos”
Si bien es cierto que dormirse en clase puede herir los sentimientos de la comunidad docente, los adolescentes necesitan al menos 8.5 a 9.25 horas de sueño cada 24 horas.
Esto se debe a que el reloj biológico a esta edad hace que los chicos se queden despiertos hasta tarde, lo que interfiere con el buen descanso y el rendimiento al día siguiente.
4. “Tienes insomnio si no puedes dormir”
Asumir que la dificultad para dormir es el único síntoma del insomnio hace que las personas no se den cuenta de que tienen un trastorno del sueño. Para aclarar esta confusión, debes saber que hay tres síntomas relacionados con el insomnio además de no poder conciliar el sueño, estos son:
- Despertarse muy temprano sin poder volver a dormir.
- Despertarse frecuentemente durante la noche.
- Despertar por la mañana sintiéndose cansado.
Si observas cualquiera de estas señales con frecuencia, es recomendable que vayas con un especialista para iniciar un tratamiento que te ayude a dormir mejor.
5. “Si te despiertas en la madrugada, lo mejor es quedarte recostado hasta que logres volver a dormir”
Los despertares súbitos son, como ya viste, un síntoma de insomnio. A lo mejor pienses que insistir en quedarse dormido tiene más sentido que levantarse de la cama, pero muchos expertos sugieren no forzarte a dormir, sino realizar alguna actividad que te relaje (como darte un baño caliente, aplicarte una pomada, tomar un vaso de leche, etc.).
6. “Soñar mucho significa que estás profundamente dormido”
No necesariamente. Soñar es la forma que tiene nuestro cerebro de procesar, almacenar y desechar información (sin subestimar el enorme potencial terapéutico y espiritual de los sueños).
Ahora, cuando se trata de la relación entre soñar y descansar, en realidad es más probable que tengas un descanso pobre si sueñas tanto que te despiertas con frecuencia. Esto solo interrumpe el ciclo del sueño y, si te quedas pensando en lo que acabas de vivir en el mundo onírico, puede ser más difícil volver a quedarte dormido.
¿La receta para el buen sueño? Hacerlo personal
Si eres alguien a quien le cuesta dormir bien o acostumbras a despertar por la mañana con la sensación de no haber descansado nada, tal vez necesites redescubrir lo que significa para ti dormir.
Es probable que tus hábitos de sueño no sean los mejores, no porque desafían las recomendaciones de los especialistas, sino porque son incompatibles con tu estilo de vida. Por ejemplo, muchos relatos de historiadores, evidencia en textos médicos, registros jurídicos y novelas hablan del sueño bifásico (dos episodios de sueño nocturno en lugar de uno). Esta habría sido la forma normal de dormir en el pasado: las personas se acostaban, despertaban a medianoche o en la madrugada para atender ciertas actividades durante 1 o 2 horas, y luego dormían otra vez hasta el amanecer.
Algunas investigaciones sugieren que el sueño bifásico es un proceso natural y que, si viviéramos en un mundo sin tantos estímulos visuales, probablemente todos seguiríamos teniendo “dos sueños” en lugar de un sueño largo cada noche.
En conclusión, entender cuál es el ritmo de sueño adecuado para ti es el primer paso si quieres mejorar tu descanso. Al final, lo más importante es conseguir una sensación reparadora, incluso si esto implica segmentar tus horas de sueño o tomar siestas durante el día.