
Traducido por Luis R Castellanos de Global English Editing
¿Alguna vez te preguntaste por qué algunas personas parecen más felices que el resto? No necesariamente son más ricas, exitosas o llevan una vida perfecta, pero irradian una clase de paz y alegría que es difícil de ignorar.
No es suerte. No es magia. Son sus hábitos.
La forma en que pasas tus noches tiene un gran impacto en tu felicidad general.
Mientras que la mayoría de las personas terminan su día navegando sin pensar o estresándose por el día siguiente, las personas más felices tienen pequeñas pero poderosas rutinas nocturnas que las preparan para una vida mejor.
Si quieres despertarte sintiéndote más renovado, más realizado y simplemente más feliz, estos ocho hábitos nocturnos pueden ser la clave.
1) Se desconectan de las pantallas antes de acostarse
Las pantallas están en todas partes: televisores, teléfonos, tabletas, computadoras portátiles. Y si bien nos ayudan a mantenernos conectados, también mantienen nuestras mentes sobreestimuladas, lo que hace que sea más difícil relajarse realmente.
Las personas que son constantemente más felices lo saben. Por eso, adoptan el hábito de desconectarse de las pantallas al menos una hora antes de acostarse.
En lugar de navegar por las redes sociales o ver un episodio de una serie, eligen actividades que realmente los ayuden a relajarse: leer un libro, escribir un diario o tener una conversación real con alguien que les importa.
Al alejarse de las pantallas, le dan un descanso a su mente, lo que les permite dormir mejor y terminar el día de una manera mucho más tranquila.
2) Reflexionan sobre los buenos momentos del día
Es fácil irse a la cama pensando en todo lo que salió mal: la conversación incómoda, el error en el trabajo, lo que debería haber dicho pero no dijo.
Pero las personas felices no dejan que la negatividad sea lo último en lo que piensen antes de dormir.
Todas las noches, me tomo unos minutos para reflexionar sobre los buenos momentos de mi día. A veces es algo importante, como terminar un proyecto importante. Otras veces, es algo tan simple como una gran taza de café o una sonrisa amable de un extraño.
Al principio, me pareció forzado. Mi cerebro quería centrarse en las cosas estresantes, pero con el tiempo, este hábito reorganizó mi forma de pensar.
Ahora, incluso en los días difíciles, puedo encontrar pequeñas alegrías, y ese cambio de mentalidad ha marcado una gran diferencia en cómo me siento en general.
3) Mantienen un horario de sueño constante
Una buena noche de sueño no se trata solo de cuánto tiempo duermes, sino de cuándo duermes. Las personas que son más felices de forma constante tienden a acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
Tu cuerpo sigue un ritmo natural y, cuando cambias constantemente tu horario de sueño, todo se descontrola: tus niveles de energía, tu estado de ánimo e incluso tu capacidad para manejar el estrés.
Pero cuando sigues una rutina, tu cuerpo sabe exactamente cuándo relajarse y cuándo despertarse, lo que hace que las mañanas se sientan menos como una batalla y más como un nuevo comienzo.
No se trata de ser rígido o de no acostarse nunca tarde, se trata de darle a tu cuerpo la consistencia que anhela para que te despiertes sintiéndote renovado en lugar de agotado.
4) Hacen algo relajante antes de acostarse
La forma en que pasas la última hora antes de dormir marca el tono para el día siguiente. Las personas felices tienen el hábito de relajarse con algo que realmente las relaje, algo que le indique a su cerebro que es hora de descansar.
Para algunos, es leer un libro. Para otros, es la meditación, estiramientos suaves o escuchar música relajante. Sea lo que sea, la clave es bajar el ritmo y alejarse del caos del día.
Cuando creas una rutina relajante para la hora de acostarte, no solo estás mejorando tu sueño, sino que te estás dando un momento de paz en un mundo que, de otro modo, estaría ajetreado.
Y ese tipo de relajación intencional hace que la felicidad llegue un poco más fácilmente.
5) Planean algo que esperar con ilusión
He notado que mis días más felices no ocurren por casualidad, sino que comienzan la noche anterior. Antes de acostarme, siempre trato de planificar algo pequeño que me entusiasme al día siguiente.
No tiene por qué ser algo grande. A veces es mi desayuno favorito, una caminata por el parque o reservar tiempo para un pasatiempo que disfruto.
El solo hecho de saber que me espera algo agradable hace que levantarme de la cama se sienta emocionante en lugar de una tarea.
Las personas felices hacen esto de manera natural. Se dan pequeñas razones para estar entusiasmadas por el día siguiente, lo que evita que la vida se sienta como un ciclo interminable de trabajo, estrés y rutina. ¿Y honestamente? Funciona.
6) Aceptan el aburrimiento en lugar de evitarlo
La mayoría de las personas hacen todo lo posible para evitar el aburrimiento. En el momento en que hay un momento de tranquilidad, buscan sus teléfonos, encienden la televisión o encuentran algo para distraerse.
Pero, ¿las personas más felices? En realidad, a veces se dejan aburrir.
En lugar de llenar cada segundo con estimulación, dejan espacio para que sus mentes divaguen. Es entonces cuando surge la creatividad, surgen pensamientos profundos y se produce la verdadera relajación.
Cuando te distraes constantemente, no le das a tu cerebro la oportunidad de procesar el día o simplemente existir.
Pero cuando te sientas aburrido, incluso por unos minutos, te abres a la claridad, a las ideas nuevas y a un tipo de paz que las distracciones no pueden ofrecer.
7) Expresan gratitud de alguna manera
La felicidad no consiste en tener más, sino en apreciar lo que ya tienes. Por eso, las personas que son constantemente más felices hacen de la gratitud una parte de su rutina nocturna.
Algunos escriben en un diario, enumerando algunas cosas por las que están agradecidos. Otros se toman un momento para reflexionar en silencio o expresar su agradecimiento a alguien a quien aman. No importa cómo lo hagan, lo que importa es que lo conviertan en un hábito.
Cuando te concentras regularmente en lo que va bien en lugar de en lo que falta, toda tu perspectiva cambia.
Empiezas a notar más cosas buenas, a sentirte más satisfecho y a darte cuenta de que la felicidad no es algo que se persigue, sino algo que se cultiva.
8) No se van a dormir aferrándose a la negatividad
Irse a dormir enojado, estresado o abrumado no solo arruina la noche, sino que se traslada al día siguiente. Por eso, las personas más felices se proponen dejar ir la negatividad antes de acostarse.
Perdonan cuando pueden, ya sea a otra persona o a ellos mismos. Se recuerdan a sí mismos que mañana es un nuevo comienzo. Se niegan a permitir que un mal momento se convierta en una mala noche y, luego, en un mal día.
No se trata de ignorar los problemas, sino de no dejar que ocupen un espacio innecesario en tu mente cuando lo único que realmente necesitas es descansar.
Por qué la felicidad comienza la noche anterior
Si has llegado hasta aquí, probablemente te habrás dado cuenta de que la felicidad no solo tiene que ver con lo que sucede en la vida, sino con cómo te preparas para ello.
La forma en que terminas tu día determina la forma en que vives el siguiente. Los pequeños hábitos, repetidos de manera constante, pueden marcar la diferencia entre despertarte sintiéndote agotado o despertarte sintiéndote preparado.
La felicidad no es algo que simplemente aparece. Se construye en los momentos de tranquilidad, en las decisiones que tomas cuando nadie te ve, en la forma en que te tratas a ti mismo antes de cerrar los ojos por la noche.