El agua fría refresca la piel, reanima y da energía, mientras el agua caliente relaja los músculos y ayuda a conciliar el sueño
Hay ciertos días en que solemos reemplazar el agua fría por la caliente para ducharnos, pero, ¿está bien hacerlo? Según Martina Gómez, del Centro de Terapias Alternativas y Antienvejecimiento de Perú, ni una ni la otra: es mejor usar el agua temperada.
“El baño debe realizarse con agua temperada, pero, ir bajando gradualmente hasta llegar a fría. La idea es que te sientas listo para ir a trabajar o realizar las actividades que tengas en el día, te reanime y dé energía”, explica Gómez.
¿Y el agua caliente?
“Si vas a hacerlo que sea en la noche, esta temperatura te ayudará a descontracturar la espalda y cuello, además conciliarás el sueño rápidamente. Procura que no sea muy frecuente, pues el agua muy caliente tiende a resecar la piel”, añade.
Baño détox
Una buena manera de aprovechar el agua caliente es dándote un baño détox, para este puedes utilizar una bañera o tina, llénala con agua, cinco cucharadas de sal marina y una cucharada de bicarbonato de sodio.
“De esta forma, eliminarás toxinas, estimularás la circulación de tu cuerpo y te ayudará a no subir de peso”, comenta Gómez.
La frecuencia con la que debes realizarlo es una vez a la semana y durante 20 minutos.
Vía El Nacional