Cuentos cortos de Antonio de Mello
Hubo un santo que tenía el don de hablar el lenguaje de las hormigas. Se acercó a una que parecía más enterada y le preguntó: ¿Cómo es el Todopoderoso? ¿Se parece de algún modo a las hormigas?
La docta hormiga le respondió: ¿El Todopoderoso? En absoluto. Las hormigas, como puedes ver, tenemos un solo aguijón. Pero el Todopoderoso tiene dos. Luego se le preguntó cómo era el cielo, la sabia hormiga replicó solemnemente: Allí seremos igual que Él, con dos aguijones cada uno, aunque más pequeños.
Para las distintas escuelas de pensamiento religioso que personifican a Dios, existe una fuerte controversia acerca de dónde exactamente se hallará ubicado el segundo aguijón en el cuerpo glorioso de la hormiga.