Cuentos cortos – Antonio de Mello
La Peste se dirigía a Damasco y pasó velozmente junto a la tienda del jefe de una caravana en el desierto.
– “¿Adónde vas con tanta prisa?” le preguntó el jefe.
– “A Damasco. Pienso cobrarme un millar de vidas.”
De regreso de Damasco, la Peste pasó de nuevo junto a la caravana. Entonces le dijo el jefe:
– “¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, no el millar que habías dicho!”
– “No,” le respondió la Peste. – “Yo sólo me he cobrado mil vidas. El resto se las ha llevado el miedo.”