Definitivamente cada quien vive su historia. Cada quien va construyendo sus percepciones a medida que va viviendo acontecimientos, que al final van a moldear su manera de pensar y su filosofía de vida.
En estos días turbulentos, cada quien habla del racismo con vehemencia. Unos porque repiten como loros y aplauden como focas, pero otros porque han vivido en carne propia las vicisitudes de un ambiente racista y desigual. Normalmente el que ha crecido creyendo que es víctima de la sociedad y de los gobiernos de turno, tendrá un gran resentimiento contra el gobierno. Muchas mujeres odian a los hombres porque fueron objeto de abuso sexual por parte de un familiar masculino. Otros odian a los policías porque su papá era policía y nunca lo veía, o porque un policía le maltrató o encarceló de manera injusta. Otros más odian a los sacerdotes o religiosos, porque fueron abusados por ellos en sus días mozos. Cada quien ve la vida de un color diferente, de acuerdo con el cristal con el cual está mirando.
Por eso es difícil comunicar lo que uno piensa y lograr que todos estén de acuerdo con ello. Un gran éxito sería lograr que la mayoría esté de acuerdo, pero siempre habrá alguien que lo vea distinto.
Esa es una de las cosas buenas de tener un buen Estado Mayor o un buen equipo de asesores, en el campo laboral. Cada quien aporta su punto de vista, de acuerdo con su experiencia y conocimiento, para elaborar una recomendación más acertada. Y por eso es que desde la antigüedad han existido los Consejos de Ancianos o Consejos de Notables, que ayudan al gobernante en su nada fácil tarea de gerenciar un estado, reino, o país.
Si no te gusta lo que lees en el muro o línea del tiempo de alguien, pues manifiesta tu opinión y expresa tus razones. No es oponerse por oponerse. Esa crítica constructiva es lo que ha ayudado a la humanidad a generar conocimiento y a buscar diversidad de opiniones para apuntalar ese crecimiento personal y profesional.
Y como dicen, debes ponerte en sus zapatos. Practicar la empatía te ayudará a comprender a la otra persona y el por qué dice lo que dice.
Y si no estás de acuerdo con las ideas de las demás personas, manifiéstalo y expresa las razones por las cuales no estás de acuerdo. Quizás te sorprendas de la sana discusión que se puede generar.
Luis R Castellanos