Los finales siempre son difíciles, pero cuando has compartido sueños y momentos especiales con la misma persona durante años, una separación es más que complicada.
Entonces, ¿cómo cerrar el ciclo de forma sana y compasiva?
Estos son algunos consejos para poner fin a una relación de pareja larga y hacer que el desenlace sea menos doloroso.
Comunica tu decisión con claridad
Una ruptura es una ruptura, y es sano que ambos tengan claro lo que significa para que no haya falsas esperanzas.
Evita usar frases como: “Démonos algo de tiempo” si, en el fondo, sabes que la relación no funcionará. Puede ser duro ser cien por ciento honesto, pero tu ex pareja te lo agradecerá eventualmente.
Sé objetivo y haz un balance justo de la relación
La forma en la que una relación termina puede ayudarte a sanar o abrir una herida tan profunda que seguirá doliendo años después.
Por eso, es importante que comuniques tu decisión cuando estés calmado y nunca en momentos de ira.
Además, ten presente que toda relación pasa por situaciones difíciles de vez en cuando, pero si piensas solo en el sufrimiento y la decepción te será más difícil desvincularte de tu ex pareja.
Reconocer también los aspectos positivos y conservar los buenos recuerdos es un acto de reconciliación contigo mismo, y con las decisiones que tomaste en el pasado.
Establece el tipo de contacto que estás dispuesto a sostener
Si tu ex pareja y tú tienen hijos o negocios juntos, está claro que tendrán que seguir viéndose tarde o temprano, pero no en las mismas condiciones.
La distancia física tendrá que ser mayor, también los límites para lo que cada uno tiene derecho a saber del otro. No subestimes los pequeños detalles, es preferible conversar honestamente lo que ambos están dispuestos a tolerar para evitar momentos incómodos y malentendidos.
Algunos aspectos en los que deberías pensar son:
- ¿Seguiremos haciendo cosas en familia?
- ¿Con quién van a pasar la navidad los niños?
- ¿Seguiremos manejando los negocios como hasta ahora o habrá cambios?
Mantente firme, pero sin caer en la frivolidad
Ser cruel o insensible puede ser más fácil de lo que nos gustaría cuando estamos enojados, pero el objetivo de una ruptura jamás debe ser causar dolor.
Incluso si tu ex pareja reacciona de forma negativa, procura mantener la serenidad y la consistencia. Recuerda que, sea cual sea su opinión, eres libre de decidir qué hacer con tu vida, de modo que no tienes que justificarte.
Algunas estrategias de comunicación asertiva para abordar a tu ex pareja incluyen frases como: “Sé que esto es difícil para ti, y siento mucho que sea doloroso, pero de verdad creo que es lo mejor para ambos”.
Piensa de antemano en lo que puede salir mal en el proceso
Aunque la decisión de terminar haya sido tuya, eso no significa que vayas a reponerte olímpicamente de la ruptura en 2 días.
La ansiedad, la tristeza y el desánimo son síntomas normales que no hace falta negar. Al contrario, reconocerlos es bueno para ti.
Ahora, si la situación escala tanto que dejas de tener paz mental o tu calidad de vida comienza a verse afectada, necesitarás un plan B. Irte de viaje por un tiempo, visitar a tus padres, mudarte o ir a terapia son algunas opciones, pero al final deberás elegir lo que resuene mejor con tus necesidades personales.
Hay una lista infinita de razones para terminar una relación de pareja larga. Tal vez lidiar con los conflictos y las discusiones dejó de ser una opción, o descubriste que tu ex ya no aportaba nada positivo a tu crecimiento personal.
A veces, sabrás que tomaste la decisión correcta en cuanto salga de tu boca, pero la ruptura no deja de ser un proceso difícil.
Tómalo con calma, sé comprensivo contigo y ten paciencia. Lo mejor siempre está por llegar.