Todo padre desea que sus hijos alcancen los mayores éxitos en la vida. El primer desafío al que se enfrentan los pequeños es el colegio y obtener buenas calificaciones significa que el niño ha logrado alcanzar la meta. Pero ¿qué sucede cuando el desempeño académico no es el esperado?, ¿qué causa que a algunos niños les vaya bien en el colegio y a otros no?, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos si tienen bajo rendimiento escolar? Estas y otras interrogantes serán respondidas en las siguientes líneas. Te ofrecemos las respuestas que necesitas como padre…
¿En qué momento puede hablarse de bajo rendimiento escolar?
El momento en que decimos con propiedad que nuestros hijos tienen bajo rendimiento escolar es cuando los resultados obtenidos en el colegio no son satisfactorios, es decir, cuando a nivel cualitativo o cuantitativo lo que se obtiene es deficiente. Recordemos que, una evaluación cuantitativa se mide por las calificaciones y la cualitativa por las metas alcanzadas.
En ambos casos, un bajo rendimiento escolar hace referencia a la no aprobación y por ende el no aprendizaje. Es bueno destacar que, obtener bajas calificaciones no se traduce en el llamado fracaso escolar, pues en este último caso, además de calificaciones pobres intervienen otra clase de problemas como la no adaptación a la escuela y el mal comportamiento; el bajo rendimiento no siempre va acompañado de estos factores.
Los niños que poseen bajo rendimiento escolar pueden tener distintos perfiles, por ejemplo, están los niños que trabajan arduamente y aun así no logran un alto rendimiento, también están los que muestran una actitud pasiva y desinterés con resultados muy pobres a nivel académico y están aquellos que presentan actitudes conflictivas con dificultad de adaptación.
¿Cuáles pueden ser las causas del bajo rendimiento escolar?
Independientemente de la causa que origine las bajas calificaciones, es un problema que debe ser atendido, problema que va más allá de la nota percibida al finalizar el trimestre, pues en él está el bienestar del niño. Aunque, el bajo rendimiento escolar sea el resultado más evidente, el trasfondo de ello es lo que realmente debe preocuparnos.
Lo importante de conocer las causas que originan esta problemática, es poder ser asertivos y dar con una solución, cualquiera sea la causa, no se trata de una situación que amerite castigo; por el contrario, es necesario el apoyo, consideración y afecto de la familia y los docentes hacia el niño.
Las causas que propician el bajo rendimiento escolar pueden ser internas y externas al niño. Cuando nos referimos a causas internas estamos hablando de problemas intrínsecos al pequeño, por ejemplo: dificultad de aprendizaje, situaciones emocionales conflictivas, autoestima, depresión, entre otras. Por otro lado, las causas externas responden a factores como el entorno o ambiente escolar, técnicas de enseñanzas, interacción social y demás factores que pueden afectar desde fuera.
A continuación, te presentamos las causas más comunes que originan el bajo rendimiento escolar ¡Presta mucha atención y no pierdas detalle!, tal vez puedas reconocer alguna de ellas en tus hijos…
Factores físicos:
Hace referencia a aquellos niños que presentan deficiencias físicas concretas, las cuales pueden acarrear problemas cognitivos secundarios. Se trata de impedimentos físicos definidos como falta de audición, problemas de visión, padecimiento de enfermedades o cualquier otro aspecto que pueda mermar sus capacidades académicas.
En estos casos, es fundamental la detección precoz del problema, de no ser así el bajo rendimiento escolar puede llegar a confundirse con pereza o desinterés. Al descubrir la causa, el niño puede desarrollar sus potencialidades al máximo, pero a su ritmo; es decir, de acuerdo a las posibilidades de su impedimento físico.
Factores Psicológicos:
Por lo general, son niños completamente sanos a nivel físico, sin embargo, emocionalmente frágiles o enfermos. Su inteligencia y maduración emocional se ha visto comprometida y afectada por algún motivo y por lo tanto, sus capacidades para el desempeño escolar se han visto menguadas. En este caso, el desencadenante puede ser la separación de los padres, la pérdida de algún ser querido, maltrato y abuso, soledad, entre otros. Situaciones que pueden dar como resultado depresión infantil y serios problemas de autoestima.
Factores sociales:
Esta causa del bajo rendimiento escolar se da sobre todo en niños cuyas familias son de muy bajos recursos económicos o de un nivel cultural muy pobre, lo que puede ocasionar un choque en el colegio, debido a que el niño puede sentir que el aprendizaje no pertenece a su realidad ocasionando un bloqueo y por ende una serie de problemas subyacentes. En estos casos, es recomendable la intervención de los servicios sociales para mejorar las condiciones en el hogar.
Otras causas…
- Ausencia de técnicas de estudio: Se trata de métodos que facilitan el proceso de aprendizaje; resulta que no todos aprendemos de la misma forma. Las capacidades en cada persona son diferentes, por tal la forma de aprendizaje también lo es. Por ello, es necesario contar con las herramientas necesarias para potenciar lo mejor de cada uno.
- Espacios no adecuados: Para optimizar el aprendizaje, es necesario contar con un espacio destinado únicamente para ello. Muchos niños no cuentas con esto, teniendo como resultado, una dificultad a la hora de realizar las tareas. Lo mejor es destinar un lugar específico para ello, en el cual, se cuente con la comodidad necesaria que evite las distracciones: un lugar iluminado, silencioso y con materiales a la mano es el ideal.
- Problemas de atención y concentración: La falta de atención puede ocasionarse por motivos como ambientes ruidosos, ausencia de pedagogía en el docente, desinterés en la materia. No obstante, los problemas de atención y concentración, muchas veces, requieren ser tratados por un especialista, pues corresponden a problemas psicológicos.
Recuerda…
El estudio al igual que el deporte, debe convertirse en un hábito y por esto, los padres deben trabajar junto con los hijos para hacer de esto un aspecto que forme parte de su vida. El estudio puede llegar a ser una rutina presente en la cotidianidad de los más pequeños de la casa. Es necesario entonces, aplicar carácter, atención e interés por parte de los padres o representantes. En las manos de estos, está forjar los hábitos y rutinas positivas necesarios para el desarrollo de los hijos.