Si la pregunta es ¿cuándo comenzó a inclinarse la Torre de Pisa?, la respuesta podría ser: pronto, muy pronto. No se proyectó inclinada, aunque viendo que el éxito que precisamente ha venido por ese detalle, quizás se hubiera hecho de haberlo sospechado.
Comenzó a levantarse en el siglo XII, en agosto de 1173. La primera planta se levantó, flamante, con sus arcos ciegos y su mármol blanco. Cinco años después, cuando se habían levantado tres de los ocho pisos proyectados, comenzó a inclinarse. La inestabilidad del suelo y la poca profundidad de los cimientos eran una condena para la verticalidad. Por suerte, la historia ayudó.
Se paró la obra, y las guerras en la zona, que tuvieron entretenidos a los pisanos, dejaron reposar el proyecto y los cimientos, que se asentaron un poco mejor sobre el suelo. Quizás, de no haber ocurrido esto y de haber continuado la obra sin ese parón de casi un siglo, ahora en la zona habría restos de cascotes de mármol y poco más. En realidad, si la torre hubiera caído, el material hubiera sido reaprovechado en otras construcciones, por lo que no tendríamos nada.
Cuando casi un siglo más tarde se puso de nuevo el proyecto en marcha, se tuvo en cuenta la inclinación y los nuevos pisos trataron de corregirla, dando más peso a la cara sur que a la cara norte. Hacia esta última, por cierto, era hacia donde se inclinaba. La solución no funcionó y el problema se movió de norte a sur, sencillamente. Los nuevos cuatro niveles, que hacían en total siete pisos en la torre, llevaron el sentido de la escora hacia el sur.
En 1372, dos siglos después de poner las primeras piedras, se dio por concluida la torre con el campanario de Tommasso di Andrea Pissano. Los 55 metros de altura amenazaban y amenazan con venirse abajo, pero lo cierto es que lo últimos 750 años ha aguantado. Desde finales del siglo XIV, fue ganando inclinación lentamente, a un par de milímetros al año.
Muchos han sido los proyectos y las ideas que han puesto sobre la mesa para intentar asegurar la torre, pero se han descartado. Incluso se pensó en echarla a abajo durante la Segunda Guerra Mundial. En los años 60 del siglo pasado, se hizo un llamamiento internacional en busca de propuestas para atajar el problema. Una de ellas se llevó a cabo. Lo que se hizo fue extraer tierra del subsuelo del lado norte, el opuesto a la inclinación actual, y parece que funcionó, ya que con el paso de los años ha recuperado 40 centímetros de verticalidad, volviendo atrás por tanto unos 200 años de caída. De lenta caída.
Vía Curistoria