Por Alberto Ray, AlbertoRay.com
Enfrentar a un adversario (o amenaza) cuando existe una desproporción significativa de poder a su favor puede ser un desafío complicado, pero no imposible. Las asimetrías del poder, así como generan unas brechas enormes, producen igualmente, oportunidades derivadas de ser más “pequeño”.
El relato de David contra Goliat puede servir como metáfora para ilustrar estrategias en conflictos asimétricos. David usó su habilidad con la honda en lugar de vestirse con una armadura pesada, Goliat no esperaba un ataque a distancia, además una honda podía considerarse un arma innovadora y poco convencional. Esta analogía muestra cómo un competidor aparentemente más débil puede vencer a uno más fuerte usando tácticas inteligentes y aprovechando sus ventajas únicas.
La historia está llena de ejemplos de cómo los underdogs; aquellos que son subestimados o considerados incapaces de retar el poder, con astucia y paciencia se van aprovechando de las oportunidades o errores del sistema establecido para ir ganando posiciones y sorprender arrebatando la victoria. Quizás es en los deportes donde con más frecuencia observamos este fenómeno. En este caso quisiera referirme a los conflictos asimétricos para identificar algunas características muy singulares que pueden darnos algunas interesantes lecciones en el terreno de la seguridad.
Estas características pueden enmarcarse en la previsión y la resiliencia, que tanto individuos como organizaciones pueden desarrollar, y a las que en el pasado he abordado bajo el concepto de la seguridad positiva. En este sentido, evolucionar en la seguridad contribuye significativamente a gestionar riesgos de grandes proporciones ante los cuales podemos vernos sobrepasados.
Una organización previsiva y resiliente no sólo cuenta con las herramientas para afrontar la incertidumbre y los restos provenientes de entornos complejos, igualmente posee capacidades importantes para valorar amenazas y escenarios desventajosos. A continuación, menciono los diez atributos que van a marcar la diferencia en el manejo situacional de las asimetrías frente a los obstáculos, ya sean amenazas, adversarios o condiciones del medio ambiente.
Evalúa las opciones: Antes de tomar cualquier acción, evalúa las opciones cuidadosamente. Considera si es necesario enfrentar la amenaza en este momento o si existen alternativas más seguras y beneficiosas.
Mantén la calma: Mantener el autocontrol permitirá pensar con claridad y tomar decisiones más racionales en lugar de reaccionar emocionalmente.
Analiza las fortalezas y debilidades: Aunque se pueda estar frente a una desproporción de poder, siempre hay aspectos en los que pueden existir ventajas. Analizar tanto las fortalezas propias como las debilidades del enemigo es un elemento clave para decidir las opciones de éxito. Esto podría incluir conocimiento, habilidades, recursos o apoyos.
Establece objetivos claros: Define objetivos realistas. Esto ayudará a mantener el foco y a evitar acciones impulsivas que podrían empeorar la situación.
Busca alianzas: Siempre debemos buscar aliados o apoyo que puedan nivelar la balanza. Ya sea a través de la colaboración con otras personas o grupos, se pueden incrementar las posibilidades de éxito.
Utiliza la sorpresa y la creatividad: Aprovechar tácticas sorpresivas y creativas para desconcertar al adversario. Las acciones inesperadas pueden crear oportunidades para cambiar el curso de la situación.
Explota la psicología y la información: Es clave utilizar la información a tu favor. Conocer las motivaciones y debilidades del adversario y utilizar esta información para influir en su toma de decisiones. La psicología puede jugar un papel importante en situaciones de enfrentamiento.
Mantén la flexibilidad: Si las circunstancias cambian rápidamente, mantener la flexibilidad en la ejecución y las tácticas. Estar dispuesto a adaptarse al devenir situacional puede ser determinante.
Minimiza las pérdidas: Si no puedes ganar directamente, busca maneras de minimizar las pérdidas. A veces, el objetivo principal puede ser mantener la integridad y la seguridad en lugar de la victoria total.
Retirada estratégica: Si la situación se vuelve insostenible, debe considerarse una retirada estratégica en lugar de luchar en desventaja extrema. Esto permite vivir para luchar otro día y puede brindar la oportunidad de reagruparse y planear con más cuidado.
Cada situación es particular, y no hay una solución única para enfrentar un adversario con desproporción de poder. El éxito o la supervivencia va a depender en gran medida de la capacidad para evaluar situacionalmente la realidad y trazar las estrategias que mejor se adapten a las circunstancias y objetivos. Vale resaltar que estas capacidades se aplican a conflictos de diversa naturaleza, incluyendo el delito. Si bien todos los principios son válidos, en mi experiencia la clave en los conflictos asimétricos modernos es identificar y explotar las vulnerabilidades del oponente más fuerte, mientras se maximizan las fortalezas propias, es allí donde confluyen la previsión y la resiliencia como ejes de la seguridad.