Un musulmán en Venezuela toma un taxi en Maracaibo y le dice al chofer
– Señor por favor apague el radio, ya que mi religión me prohíbe escuchar música porque en el tiempo del profeta no había ni música ni radio.
El maracucho, lo ve medio arrecho y apaga el radio, prende un cigarro, y el musulmán, le toca el hombro, y le dice:
– Señor por favor apague el cigarro, mi religión no tiene vicios, ya que el profeta no tenia ningún vicio!
El maracucho, arrecho detiene el carro, se baja y abre la puerta del pasajero….
El musulmán, intrigado, le pregunta:
– ¿Qué hace usted?
Y el taxista le contesta,
– Ve coño e’ madre trimardito: en el tiempo de tu profeta no habían taxis, así que te bajais de mi verga y esperais un camello, ¡guevón!