Por Phrónesis
Seguro has pasado por esa etapa en la que, intempestivamente, conoces a quien crees es el amor de tu vida. Son presentados entre sus amigos, fueron compañeros en un seminario, o en cualquier escenario, la vida los juntó. Coincidieron en gustos, pensamientos, aficiones, tradiciones, etc. y más temprano que tarde decidieron conocerse. Llegó el momento en que, de la nada, intercambiaron sus números telefónicos para continuar interactuando. Pero, ¡de la noche a la mañana dejaron de hablarse!, ¿en qué momento pasó esto?
Pues bien, esta situación es conocida como ghosting, que traducida al español se le define como “convertirse en fantasma”. Un estado que resume dejar de contestar mensajes, desviar llamadas, cerrar los perfiles en plataformas sociales, entre otras acciones. Esta costumbre toma cada vez más fuerza entre las personas, con el fin de dar por terminada o dejar en pausa una relación. Y es que esta costumbre no es nueva en absoluto, pero las nuevas tecnologías han dado pie para que se convierta en una situación común. Te mostraremos algunos factores determinantes para que esto suceda y qué camino tomar posterior al hecho.
Relaciones vacías y superficiales
Entre algunas causas, encontramos que las relaciones interpersonales se han convertido en relaciones superficiales, vacías de fundamentación y futuro definido. En estos casos, la satisfacción individual prevalece sobre la del otro y tendemos a comportarnos de forma egoísta con nuestros logros. Entre otras razones, determinamos que el miedo, los estados nerviosos e inseguridades ante salir lastimado, terminan por acceder a alejarse. Además, encontramos el factor de perder libertad y verse controlado por una unión que limitará costumbres del pasado.
Venganza
Existen muchas más causas, como la de castigar a la otra persona en venganza de algún desagrado recibido. Esta estrategia tarde o temprano condicionará la relación al desgaste o al alejamiento definitivo por parte del “fantasma”. Asimismo, la manipulación psicológica entra en el juego, ya que tarde o temprano el afectado se verá en la obligación de buscar al desaparecido. Esta práctica es de las más comunes y, además, de las más dañinas para ambos debido a su toxicidad. Esto, a razón del efecto que está generando en el otro las consecuencias de la maleabilidad, donde el afectado se ve en la necesidad de “encontrar al desaparecido”.
¿Cómo superarlo?
Pero no todo es perjudicial y, como todo en la vida, las consecuencias del ghosting tienen solución y superación. En primer lugar, como persona afectada, debes asumir que te hicieron daño como consecuencia de una práctica frecuentemente usada. Parte de que diste lo mejor de ti, buscando, accediendo, con el mayor interés, etc. pero no fueron valoradas tus acciones. Entre otras, habla con tu familia y amigos para recibir comprensión y cariño que te beneficiará en estos momentos. Recibir los consejos de los demás también te ayudará a saber cómo afrontar la situación bajo la perspectiva de un tercero.
Entre otros motivos, preocúpate por comenzar a cuidar de ti, no en función del gusto y necesidades los demás, sino propiamente de ti. Practica ejercicio, meditación, retoma tus deportes, cuídate en la alimentación, etc. y te darás cuenta que era lo que necesitabas. Por último, sal adelante con los planes que tenías para ti y/o con el “desaparecido”, ya que también te demostrarás, con todo el valor, que puedes cumplir a cabalidad lo propuesto.