Por Manuel Gómez S
Empieza diciembre. En primer lugar, gracias a Dios, a la vida. A mi familia, a mis amigos.
Muchas veces dejamos que pase desapercibida esta palabra. Se nos va. No la decimos. Cuando alguien nos hace un favor, cuando alguien nos ayuda, cuando vamos tan de prisa que no tenemos tiempo para la gente. Cuando descubrimos que vale la pena decirla, puede ser tarde.
Gracias es una palabra sencilla de siete letras. El siete es un número muy bueno y poco lo tenemos en cuenta. Gracias es una palabra que se debe decir con alegría. Una palabra que nos puede significar una respuesta más alegre, llena de vida.
Hoy, quiero decir GRACIAS, así con letras en mayúscula. Quiero decir gracias a Dios por permitirme conocer gente agradable, amable, sencilla, interesante, inteligente, alegre, sincera, honesta: Mi familia. Mis amigos.
A todas las personas, seres humanos incansables, mil gracias. Han sido muy amables conmigo durante todos estos años.
Gracias porque ustedes saben compartir como amigos y amigas y antes que nada, como seres humanos. Gracias, porque han sido sinceros en la amistad.
No quiero que pase desapercibido este mes sin agradecerles por leer mis notas en diferentes medios, por ver mis charlas al calor de un café, ahora en youtube, comentarlas y también, por burlarse de mi como fonomímico, gracias a las canciones elegidas para tal fin.
Gracias por apoyarme con sus likes y comentarios en facebook, X y Linkedin. Por ver las fotos, canciones, textos.
Gracias por su amistad, gracias por ser como son. Y tranquilos, les perdono todo lo malo. No hay problema. Podemos estar en paz.
Sigo haciendo locuras, escribiendo, leyendo, escuchando música, viendo películas, series.
Si hace cinco años estuve un mes en cuidados intensivos, si no me fui, creo que Dios me ha facilitado otro tiempito aquí en este plano terrenal del mundo mundial.
Recaí en agosto de este año, pero volví a dar lora, ocho días después.
No voy a cambiar, porque ya no lo hice. Es más, me siento bien así. Loco como una cabra. Porque toda mi vida he sido así. Ni creo que voy a hacer promesas el 31 de diciembre, ni voy con maletas alrededor de la casa o la manzana. Ni como uvas.
No espero, sino que Dios me dé más oportunidades y me preste el 2025 para seguir dando guerra.
Felicidades en este diciembre y que Dios les de muchas cosas buenas en el 2025. Espero tengan muchos éxitos y recuerden que lo más importante es el respeto por las personas y el que se les de el valor que merecen por su labor. Recuerden siempre el valor de la amistad.
Por último, los invito a que haya muchos abrazos de amistad en este diciembre, en nochebuena, Navidad y la víspera de año nuevo.
Los abrazos son muy importantes. Esos sí que no pueden faltar cada día, cada mes, cada año.
¡Un gran abrazo y muchas gracias por la amistad!