Traducido por Luis R Castellanos de Back then History
En 1858, el fabricante de papelería Hymen Lipman patentó un nuevo tipo de lápiz con un tapón de goma incrustado en un extremo de su mango de madera.
Un empresario llamado Joseph Reckendorfer compró la patente a Lipman por 100.000 dólares suponiendo que la creación se convertiría en un éxito. Sin embargo, en 1875, el Tribunal Supremo dictaminó que el lápiz con punta de goma no contaba como una invención legítima porque simplemente combinaba dos tecnologías existentes. Como Reckendorfer perdió su caso de patente, no pudo sacar provecho de su inversión y varias empresas, incluida A. W. Faber, pudieron utilizar el diseño original de Lipman sin pagar regalías.
Sin embargo, tal como había predicho Reckendorfer, el nuevo estilo de lápiz acabó convirtiéndose en un éxito y, en la década de 1920, casi todos los lápices que se vendían en Estados Unidos incluían gomas de borrar incorporadas. Esa tendencia ha continuado hoy en día, y prácticamente todos los lápices estadounidenses se fabrican de esta manera, pero curiosamente, los lápices con gomas de borrar incorporadas no son muy comunes en otros países.