Cuentos cortos por Antonio de Mello
Todo el mundo se asustó al ver a Nasreddin recorrer apresuradamente las calles de la aldea, montado en su asno. ¿Adónde vas?, le preguntaban. Estoy buscando a mi asno, respondía al pasar.
En cierta ocasión vieron a Rinzai, el Maestro de Zen, buscando su propio cuerpo. Ello hizo que se rieran mucho sus estúpidos discípulos.
Llega uno a encontrarse con gente seriamente ciega dedicada a buscar a Dios.