Por Manuel Gómez Sabogal
El Viernes Santo no fue un día normal o especial. Aunque muchos cristianos o católicos se preparaban para las ceremonias de ese día tan especial dentro de la celebración de la Semana Santa o Mayor como muchos llaman, ocurriría algo que nadie esperaba.
El Viernes Santo en la mañana, empezaron a circular en las redes vídeos, fotos, de personas gritándole a otra en un carro, pidiéndole que retrocediera, que no avanzara. Esa persona bajó la ventanilla y miraba con ojos perdidos a quienes le decían cosas, pero no entendía, porque estaba ida, borracha, llevada totalmente.
¿Una mujer borracha manejando en Viernes Santo? Pues sí. Eso lo vimos por las redes. Fue noticia de primera plana. Radio, televisión y todos los medios tuvieron que ver con la foto de la mujer con la ventanilla abajo y con mirada perdida.
Vimos cómo en lugar de hacer caso, subió la ventanilla, pisó el acelerador, estrelló dos carros, pasó el semáforo en rojo y siguió como llevada por el diablo. (Porque el Viernes Santo es diferente, según por donde se mire).
Unas cuadras más adelante, perdió el manejo total del vehículo y este le pegó a un poste y se fue de lado. Antes de frenarse, atropelló a unos motociclistas que estaban esperando el cambio de semáforo a verde, con tan mala fortuna que hirió a dos y mató a uno, un humilde empleado.
Pero para mi, la justicia es injusta. Tenía el pase vencido, no tenía SOAT, informaron los medios, estaba borracha y, como la vida es bella, le dieron casa por cárcel. Como si nada hubiera pasado. Como si lo que hizo fuera un destello de luces de bengala en época navideña.
Me niego a creer que eso sea cierto. Con todo lo que se vio en redes, con las evidencias claras, simples y concretas, sencillamente, le dieron casa por cárcel.
Sí, dos familias sufrieron ese día. La familia de quien iba para su trabajo y falleció debido a la vulgar borracha en Viernes Santo. Y la familia de la borracha, que, imagino, nunca pensaron que su pariente estuviera borracha ese día tan especial, Viernes Santo.
Pero hoy, la familia de quien murió no encontró justicia gracias a la injusta justicia que ronda por nuestro país.
La familia de la borracha miserable está feliz, pues está en casa, tranquila y sin problema alguno. Ni guayabo le dio.
Pensé que se iba a hacer justicia, pero no fue así. Algo no me suena. Algo no me convence.
¿Por qué al juez lo convenció una borracha, con pase vencido, sin SOAT*, según informaciones dadas por la prensa, estrelló dos carros, atropelló unos motociclistas y mató a uno de ellos, un reconocido y humilde trabajador? Además, su pase estaba vencido y no tenía SOAT.
No sé ustedes qué sienten, pero me queda un sabor amargo. ¿Por qué a mí no me convence esa decisión injusta de la justicia?
*SOAT: Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito