Foto de Francesco Ungaro, tomado de Pexels
Por Luis R Castellanos
Nací en Caracas (Venezuela), y a pesar de estar reacio a salir de mi país, me vi obligado a venirme a los Estados Unidos. Nunca pensé ser un perseguido político ni quería irme de mi país.
En esos días cuando aún estaba en Venezuela, aún se podía discutir en Redes Sociales con cierta cordura, y muchas veces compartí en ellas mis opiniones acerca de lo que acontecía en el país. Por supuesto, con cierta preocupación y cuidado, ya que podía ser llevado a la cárcel si escribía algo inadecuado que ofendiera al régimen.
Al mudarme a los Estados Unidos, también comencé a expresar mi opinión acerca de lo que estaba viendo. Me di cuenta que muchas de las cosas que estaba viendo, y que con ingenuidad compartía, ya las había vivido.
Años después, escuché un dicho que resumía ese sentimiento. Maibort Petit, periodista venezolana radicada en Nueva York siempre decía en sus reportajes: «los venezolanos venimos del futuro».
Pero las discusiones en línea se volvieron estériles. Las personas ya no discutían. Ya no compartían ideas. Sólo se dedicaban a insultar y a descalificar, sin justificar sus acciones. Inclusive, algunos empezaron a apoyar la censura. «Hay que proteger a la democracia», y para ello se debe recurrir a la censura. Pero dependiendo de quién lo haga, entonces la censura es buena o es mala. Y para mí esa es una posición hipócrita y acomodaticia. No estoy de acuerdo con la censura, venga de donde venga.
Opté por seleccionar con más cuidado a las personas con quien podía establecer una sana discusión, y me quedé en esa zona de comodidad.
No vayan a malentender, me encanta discutir, y me encanta discutir con ideas. Contrastar mis ideas con las ideas de otras personas, reconocer que estaba equivocado o reconocer que estaba en lo correcto. Sin ofender ni insultar. Como se dice, tener una discusión de altura.
Con el correr de los años, empecé a tener dejá vú tras dejá vú. Como dice Petit, los venezolanos (bueno, algunos) venimos del futuro.
Ya ha pasado tiempo, y creo que ya tengo cierto peso específico, tengo unos cuantos años pagando impuestos, y considero que soy una persona valiosa en mi comunidad. A pesar de lo que muchos piensan, que en los Estados Unidos hay libertad de expresión y libertad de prensa, pues me parece que es todo lo contrario. Hay que pensar con cuidado lo que se dice y escribe, para no ofender a algunas personas… Si se expresa una opinión que no va a complacer a un grupo, se corre el riesgo de ser cancelado y censurado.
A través de algunas publicaciones que empezaré a compartir, ejerceré el derecho que nos otorga la Primera Enmienda y sus cinco pilares, que no son más que el derecho a la libertad de religión, de expresión, de prensa, de reunión y de petición.
Ofreciendo la opinión, la perspectiva, o la mirada de un recién llegado, que ya no es tan recién.
El Congreso no aprobará ninguna ley que se aboque al establecimiento de religión alguna, o que prohíba el libre ejercicio de la misma; o que coarte la libertad de expresión o de prensa; o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a solicitar del Gobierno la reparación de agravios.
Carta de Derechos. 1ra Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América