Por Manuel Gómez Sabogal
Recuerdo que estaba en la parte de afuera de la universidad, conversando con el profesor Augusto Ospina Cardona cuando de repente, el rector Luis Eduardo Gómez Gallego llegaba a la institución. Yo ni lo conocía. Le pregunté a Augusto que si él ya lo había tratado y tampoco. Al mirar hacia donde estaba el rector, vi que estaba llamando a alguien. Volteé a mirar y nadie estaba atrás de nosotros.
Me señaló y me dijo que fuera donde estaba él. Al llegar, solo me dijo, – “buenos días, a las 11 se posesiona como jefe de Bienestar”. – “Buenos días, pero soy el director del programa de Lenguas Modernas y el jefe de Bienestar es Mario Ramírez Monard”. – “Lo espero en mi oficina a las 11”. Y se fue.
Cuando regresé donde Augusto, le comenté y no hubo nada más qué hablar. Eran casi las 10 y media de la mañana del 16 de noviembre de 1983.
Acababa de posesionarme como Director de Bienestar Universitario en la Universidad del Quindío. Llevaba escasas dos semanas en el cargo, apenas sentándome en la silla de la oficina. Mejor dicho, conociendo un poco los vericuetos de lo que era Bienestar.
Las oficinas de Bienestar estaban ubicadas en el edificio Catalina, frente a la Universidad del Quindío, pasando la Avenida Bolívar. Allí funcionaban la dirección, cultura, salud y deportes. Un lugar, estrecho, por cierto.
La secretaria era la acuciosa, diligente y extraordinaria Rubiela García, persona que el señor rector quiso cambiar, pero que no dejé lo hiciera, pues ella era conocedora de la oficina y sabía perfectamente el teje y maneje de muchos elementos. Así mismo, conocí a Luz Helena, Martha Lucía, Dignora, Guillermo, Jaime quienes irían a ser compañeros de trabajo durante cuatro años. El vigilante era Abdul Grisales.
Recibí a unos estudiantes, quienes querían saber cuáles iban a ser las nuevas estrategias y programas a desarrollar por la oficina. Conversamos un buen rato y luego salieron.
Más tarde, como a las 10 de la mañana, del 30 de noviembre, estaba conversando con el profesor Fabio Hugo Ortiz del programa de Lenguas Modernas, cuando sentí mucho ruido, algo inusual en las oficinas.
De repente, entró un encapuchado a la oficina y dijo: “Nos tomamos bienestar, quédense quietos y nada pasará”. Me quedé tranquilo pues, aunque no veía su rostro, sabía que era estudiante…Me levanté y cuando fui a salir me dijo: “No se mueva. Quédese ahí”. Lo miré y le respondí: “usted no está a cargo de esta oficina y punto. Ya vengo”
Salí y en las diferentes oficinas había estudiantes y encapuchados. Unos gritaban, otros querían salir y de pronto, un joven que se hallaba en odontología gritaba “¡Déjenme salir, déjenme salir! ¡No quiero estar aquí!” Los encapuchados no sabían qué hacer en ese momento, pues el joven estaba totalmente fuera de sí. Me acerqué y le pedí tranquilidad, pero no había caso, porque la desesperación era más fuerte que otra cosa. Llamé al que comandaba la toma y le pedí que lo dejaran salir para que no hubiera problema.
Accedieron, luego de una charla entre ellos y salió el joven que se encontraba demasiado nervioso. Fui y calmé a los demás estudiantes y les pedí a los encapuchados que dijeran qué deseaban. – “Hablar con el rector” – “¿Por qué no fueron a la rectoría?” – “Eso no importa. Queremos hacerle unas peticiones” – Descolgamos el teléfono y uno de ellos conversó un momento con el señor rector. Por lo poco que entendí, supe que iban a negociar. Eran las 4 de la tarde.
Seguí en mi oficina, esperando algo. No sabía qué, pero algo debería suceder. Sonó el teléfono y el encapuchado me dijo: “no conteste”. Lo miré y le respondí: “Aquí el jefe soy yo”. Era el señor rector. Conversamos y le conté que la situación poco o nada había cambiado, pero que debíamos solucionar todo para que la toma terminara pronto.
Casi a las 9 de la noche, terminó la toma, gracias a los arreglos que se hicieron y los papeles que firmó el señor rector. Los estudiantes formaron dos filas desde el edificio Catalina hasta la Universidad para que los encapuchados se escabulleran.
Así, terminó un largo día y así recuerdo hoy, el día de la toma de Bienestar…