El fin de una relación no tiene que significar algo negativo, en muchos casos, simboliza un nuevo comienzo, una puerta que se abre a otras oportunidades y lo más importante, la única garantía de que estamos un paso más cerca de encontrar a la persona correcta para nuestras vidas. Debemos recordar que el fracaso y la ruptura amorosa siempre darán paso a una nueva oportunidad de ser felices, siendo esto algo positivo en lo que debemos pensar en esos momentos en los que nuestro corazón se ha hecho añicos.
El fin de una relación termina siendo una enseñanza de la que podemos aprender mucho, sobre todo para no cometer los mismos errores, además de crecer y madurar como personas. A continuación, te presentamos 7 valiosas enseñanzas y aprendizajes que puede dejarnos el fin de una relación. Toma nota y comienza a prepararte para el nuevo amor que está por llegar.
Enseñanza 1: Todos necesitamos aprender a estar solos
La soledad no es algo negativo para nuestras vidas, de hecho, es la oportunidad perfecta para estar con nosotros mismos y prestar atención a las necesidades que tenemos y que pasamos por alto en el afán de complacer a los demás. Recuerda que, el verdadero amor no tiene absolutamente nada que ver con estar juntos las 24 horas del día, cada uno necesita tener su propio espacio y debe respetarse eso.
Por esto, cuando una relación se termina no debemos sentirnos solos, la verdad es que somos nosotros mismos nuestra mejor compañía. Una relación que resulta demasiado absorbente puede terminar por diluir la personalidad de cada miembro de la pareja y esto tarde o temprano conllevara a una ruptura amorosa; es mejor buscar espacios independientes y en donde podamos expandirnos a nuestro antojo para que así nuestra relación no fomente la codependencia y a la hora de terminar podamos sentirnos bien en ausencia del otro.
Enseñanza 2: El enamoramiento es un estado temporal, el verdadero amor prevalece
Todas las relaciones tienen sus fases y la más bonita es cuando nos sentimos enamorados, ese momento en el que tenemos una sensación de mariposas en el estómago y de emoción constante. Este estado de enamoramiento puede durar entre seis meses a dos años, pero pasado ese tiempo, se inicia un periodo en que todo se estabiliza y vuelve a la calma. El enamoramiento es un estado temporal que se produce en la primera fase de una relación y que tiende a acabarse, dando paso al verdadero amor que es un sentimiento que se proyecta en el tiempo y que al ser verdadero no cambia ni termina.
De no ser así y mantenernos en un estado de enamoramiento latente, nuestro cerebro explotaría. Por decirlo de algún modo, estaríamos expuestos a un baile hormonal descabellado que repercute directamente en la concentración, excitación, ansiedad e incluso puede llegar a provocar taquicardias. Las rupturas amorosas pueden ser la consecuencia de no controlar el enamoramiento y ser víctima de las pasiones.
Enseñanza 3: Nadie pertenece a nadie
El estar dentro de una relación no nos da un título de propiedad sobre la otra persona. Debemos recordar que el amor se trata de un acompañamiento que se basa en la libertad, es el libre albedrío lo que nos hace querer estar con esa persona en particular y no con otra. Es una realidad demostrada que el ser posesivo puede provocar una ruptura amorosa.
Tu pareja no es un objeto y mucho menos de tu posesión. En la vida, las relaciones tienden a fallar demostrándonos que todo cambia y que nadie pertenece a nadie; querer tener el control sobre tu pareja es un grave error que más temprano que tarde terminará en una ruptura amorosa. Recordemos que el respeto y la libertad pueden llegar a ser las más grandes enseñanzas que nos dejan el fin de una relación, son conceptos a aplicar en el futuro para no pasar por la misma experiencia negativa.
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Enseñanza 4: Debemos realizarnos individualmente
Si no quieres pasar por una ruptura amorosa, nunca pienses que la otra persona es tu media naranja, pues el solo hecho de pensar que necesitas de otro para sentirte completo, demuestra falta de autoestima e inseguridad. Esto, es un hecho que está muy lejos de la realidad y que, además, te inhibe por completo ante cualquier oportunidad de autorrealización. Tú eres la persona más importante de todas y nadie debe estar antes que tú, esta premisa es una pieza esencial para el desarrollo personal. El mejor modo de tener éxito en una relación y evitar una ruptura amorosa es tratar de ser una persona independiente, realizada y autosuficiente antes de compartir la vida con otro ser.
Enseñanza 5: Es un error querer cambiar al otro
Algo que ocasionará una ruptura amorosa segura es cuando forzamos un cambio determinado en algún aspecto de nuestra pareja. Una persona cambia porque experimenta una transformación en su estado de consciencia, lo cual hace que recapacite sobre actitudes erróneas y las transforme. El cambio viene de adentro y solo puede lograrse porque la persona así lo quiera; intentar cambiar a alguien es un trabajo perdido que ocasiona disgustos, roces, malos entendidos y la muy temida ruptura amorosa. Valdría la pena preguntarse cuándo debemos hacerle caso a la voz de la conciencia y fomentar el cambio que necesitamos en nuestras vidas como proceso personal y subjetivo.
Si se quiere el bienestar de la pareja el cambio debe venir desde adentro y debe ser de manera progresiva con una fluidez natural y espontánea. La modificación de comportamientos o hábitos nocivos es un proceso individual causado por una profunda reflexión interior en donde no hay cabida para terceros. Como pareja lo ideal es que acompañemos al otro en este proceso sin forzarlo, solamente dando apoyo incondicional y fomentando el cambio de consciencia a través del propio. Por lo tanto, aceptar a nuestra pareja tal cual es y amarla sin condiciones es la única forma de evitar que se dé una ruptura amorosa que termine con la relación.
Enseñanza 6: Debemos olvidarnos de los miedos
Muchas rupturas amorosas son ocasionadas porque uno de los integrantes de la pareja es víctima del miedo. Son muchos los miedos que como personas podemos sentir, desde el miedo al rechazo, pasando por el miedo al fracaso, hasta llegar a sentir miedo al abandono. El no poder controlar estos miedos trae como consecuencia que tengamos actitudes que demuestran inseguridad, baja autoestima y falta de amor propio. Esto termina proyectándose hacia afuera, causando conflicto con el otro. Para poder disfrutar de una relación sana, se debe iniciar un proceso de curación y sanación interior; resulta la única forma de poder aplacar y combatir cualquier clase de demonio interior, mejorando la autoestima y compartiendo el amor de forma sana y libre.
Enseñanza 7: Si se da una ruptura amorosa debemos dejarlo ir
Después de una ruptura amorosa no es saludable empeñarse en buscar y acosar a esa persona, tratar de reintegrarla de nuevo en la relación o reconquistarla no siempre es lo mejor. Hay que plantearse lo que verdaderamente queremos para nuestras vidas de manera objetiva, determinar si el empeño en esa relación se trata de enamoramiento, obsesión o verdadero amor. Saber discernir sobre lo que realmente sentimos garantizará el éxito de una relación, lo más importante es preguntarnos con una firme convicción si la persona con la que estamos es aquella que realmente queremos tener a nuestro lado o se trata solo de una cortina de humo por temor a la soledad.
Finalmente, tras un periodo de reflexión, se debe decidir si estamos dispuestos a continuar o lo mejor es dejar ir a la pareja después de la ruptura amorosa. Recordemos que, el fin de algo puede ser un nuevo comienzo y todo dependerá de la actitud que tomes frente a la situación, buscar otra pareja con la cual puedas cultivar un amor más largo y duradero siempre será una buena opción. No hay que desalentarse porque una relación tormentosa es motivo del fin de una etapa, pues te pone en el camino de búsqueda hacia otra más feliz.