Traducxido por Luis R Castellanos de Reader´s Digest
La mayoría de las personas que han tenido problemas de ansiedad (lo que incluye a más del 30 % de todos los adultos estadounidenses, según el Instituto Nacional de Salud Mental) le dirán que encontrar las formas adecuadas de distraer su mente de las preocupaciones y los pensamientos cavilosos no es una tarea fácil. Los síntomas de la ansiedad incluyen preocupación excesiva, presión y estrés constantes, así como problemas con el sueño, la concentración y más. Entonces, ¿qué hace cuando no puede mantenerse concentrado o tranquilo, pero desea poner su energía nerviosa en una tarea que lo ayude a sentirse un poco mejor? Una nueva investigación sugiere que un pasatiempo en particular podría ser una forma saludable de distraerse y obtener algo de alivio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que las tasas de ansiedad aumentaron un 25 % durante la pandemia de COVID-19, por lo que un equipo de investigadores canadienses decidió examinar a qué actividades de ocio recurrieron las personas que luchaban contra la ansiedad durante el confinamiento para determinar cuáles eran efectivas y cuáles no.
En un estudio de junio de 2024 publicado en PLOS One, una revista de acceso abierto revisada por pares publicada por la Biblioteca Pública de Ciencias, los investigadores analizaron datos de dos encuestas independientes realizadas durante la pandemia, que incluyeron en total a 8818 participantes. Examinaron la participación de los participantes en tres actividades:
- Ejercicio
- Comunicación con amigos y familiares
- Meditación
De estas actividades, los investigadores descubrieron que los participantes que hacían ejercicio eran los que obtenían mayores beneficios para su ansiedad. En la primera encuesta, el 24,4 % de los que hacían ejercicio regularmente informaron que no experimentaban ansiedad moderada o grave, en comparación con el 17 % que sí la padecían. En la segunda encuesta, estas cifras fueron del 19 % y el 12 %, respectivamente.
La comunicación con familiares y amigos se encontraba muy de cerca. Entre los que socializaron con sus seres queridos, el 19,9% en la primera encuesta y el 18,3% en la segunda encuesta no informaron de ansiedad moderada a grave, mientras que el 18% y el 12,7%, respectivamente, informaron de que sí tenían síntomas de ansiedad intensa.
Curiosamente, los participantes que practicaron meditación experimentaron la peor ansiedad. En la primera encuesta, el 24% de los que meditaron informaron de ansiedad moderada a grave, mientras que solo el 16,4% no informó de dicha ansiedad. En la segunda encuesta, el 17,7% informó de ansiedad moderada a grave, mientras que el 11,7% no informó de ninguna.
Aunque hay una importante investigación que respalda los efectos de la meditación sobre la ansiedad, lo más importante es encontrar lo que funcione para ti. Si pasear por la cuadra, practicar un deporte recreativo con algún amigo o simplemente llamar por teléfono a un familiar puede ayudarte a reducir el estrés y la rumia, vale la pena intentarlo.