Por Luis R Castellanos
Muchas personas citan a Noruega, Suecia y Dinamarca como ejemplos del éxito socialista y a países como Venezuela y Cuba como ejemplos de desastres socialistas. Lo último es una verdad del tamaño de un templo, pero sin embargo, no es verdad que los países nórdicos sean socialistas.
Veamos tres razones principales para desmontar ese mito:
1
Aunque estos países tienen altos impuestos sobre la renta y ofrecen generosos programas sociales, siguen siendo prósperos gracias a sus economías de libre mercado.
Dinamarca se ubica como el octavo país más libre económicamente en el Índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation, que cita las políticas de libre mercado y la eficiencia regulatoria como razones del alto nivel de vida. Suecia ocupa el puesto 22 y Noruega el 28, ambos con descripciones similares de prósperos sectores privados y mercados abiertos.
Estos tres países claramente no operan bajo economías de planificación centralizada, o sus puntajes de libertad económica serían significativamente más bajos.
2
El éxito de estos países es claramente basado sobre una base capitalista, y es anterior a la expansión de los programas sociales. Suecia, por ejemplo, se convirtió en un país rico a mediados del siglo XX bajo un sistema capitalista con tasas impositivas bajas.
Los programas sociales y las altas tasas impositivas no se implementaron hasta la década de 1970, lo que provocó que la economía tuviera un desempeño significativamente inferior y aumentara el desempleo.
En los últimos años, Suecia ha privatizado sectores socializados, como la educación y la salud, recortando las tasas impositivas y haciendo que el bienestar sea menos generoso. Aunque las tasas impositivas y el gasto público siguen siendo comparativamente altos, las políticas de mercado abierto generan los ingresos para respaldar el gasto.
3
Estos países son bastante homogéneos y tienen una cultura propicia para un gran estado de bienestar. Se describe a los escandinavos como ciudadanos trabajadores con niveles extremadamente altos de cohesión y confianza social. Por el contrario, Estados Unidos, por ejemplo, es un país mucho más grande con niveles más bajos de confianza social y, por lo tanto, es difícil evaluar una comparación.
Noruega, Dinamarca y Suecia no son países socialistas democráticos con los que Estados Unidos pueda compararse con precisión y podrían describirse mejor como «capitalistas compasivos».
Referencia
KIM, Anthony & HOWE, Julia: «Why Democratic Socialists Can’t Legitimately Claim Sweden or Denmark as Success Stories«. The Heritage Foundation. 2018. eBook.