Paseando por Nueva York, un maracucho ve a alguien conocido y le pregunta:
– Mirá primo… ¿de dónde sois vos?…
– ¡Yo der Saladillo! ¿Y vos?
– ¡Vergación! – ¡Pero qué casualidad…yo soy de Santa Lucía!
– ¡Mirá… los dos del centro de Maracaibo!… ¿Y vos a qué te dedicáis?
– ¡¿Yo?! soy violinista…
– ¡Qué mondenga!… ¡Yo también!!!
– No puede ser… ¿también violinista?…
– ¡Mirá que soy un vergatario tocando violín…
– Pa’ violinista yo, ¡soy el mejor de Venezuela!
– ¿El mejor de Venezuela?.. ¡Va pués!, ¡¡yo soy el mejor de América!!
– Mirá primo, así de vergatario toco yo, que cuando lo hago en la Iglesia de Santa Lucía, ¡la Santa llora!
– Pués pa’ violinista machete yo, que el otro día toqué el Violín en la Iglesia de Santa Bárbara y de lo bien que lo hice, bajó Jesús de la cruz, me dió un abrazo y me dijo: «Esto sí que es tocar y no lo que hace el hijo e’ puta de Santa Lucía que hace llorar a mi mamá»…