En días pasado hablaba con una persona es sus 30’s, y me decía que no estaba conforme con su trabajo ni con lo que estudió en la universidad. Estudió Relaciones Internacionales, y luego hizo una Maestría en Relaciones Internacionales.
Al preguntarle el por qué no seguía una carrera de docente en la universidad, me respondió que no quería que sus alumnos triunfaran y él quedara estancado aún en la Universidad, en el mismo cargo y posición.
No quise seguir hablando al respecto, ya que sabía que mis esfuerzos serían fútiles y que no le haría cambiar de opinión.
Me quedé pensando. Tengo muchos ex-alumnos que he visto que están tomando un camino enrumbado hacia el éxito, que se están construyendo una reputación, y que se ve que les está yendo bien. Y eso no me carcome mi ego. Al contrario, me siento muy bien por ellos.
Y me acordé de un refrán acerca del alumno que supera al maestra, busqué al respecto, y me conseguí varias frases al respecto, que comparto…
«Mediocre alumno el que no sobrepasa a su maestro.» (Leonardo Da Vinci)
«Si el alumno no supera a su maestro, ni es bueno el alumno ni es bueno el maestro.» (Proverbio chino)
«Observa al maestro, algún días tendrás que superarlo.» (Anónimo)
«El verdadero discípulo, es el que supera al maestro.» (Aristóteles)
Y siento que así debe ser. Si el alumno supera al maestro, es porque aprendió. Entonces, si veo a esos ex-alumnos felices y triunfantes en la vida, siento que soy cómplice de ello. Si se es un buen profesor, no se debe sentir envidia del éxito de aquellos a quienes se les enseñó. No todos sienten ese placer, no todos tienen ese don de enseñar, no todos tienen la dicha de ser superados por sus alumnos. Y no es ser mediocre ni conformista.
Es un poco el sembrar una semilla en la tierra y contemplar cómo va creciendo la planta o el árbol. Como dicen algunos, «con eso no se compra comida en el supermercado», pero nos hace sentir muy bien.
Luis R Castellanos